Día tras día se acrecienta la ola invernal que tanto afecta a los magangueleños y con las inundaciones se ve que hace falta mucho por hacer para que el impacto de estas jornadas lluviosas no afecten tanto a la población ubicada en los diferentes barrios de la ciudad, especialmente aquellos ubicados en las orillas de los afluentes que circundan la ciudad.
Que faltan obras que se han hecho pero de manera defectuosa, eso nadie lo puede desconocer, como tampoco el hecho que no son todas las obras que se necesitan para contener la furia del agua cuando crecen los caudales y con esto estamos hablando de los jarillones.
Es cierto que los jarillones para contener el desbordamiento de los ríos y ciénagas se han hecho, pero no los que se requerían para contener los embates de la naturaleza.
Pero hay que reconocer que el problema no se ha solucionado no solo por la responsabilidad del Estado o los gobiernos municipales de turno.
Hay que decir también que hay mucha pero mucha responsabilidad de quienes han asentado sus lugares de vivienda en esos sectores, del que tenían conocimiento que se anegaba, y los cuales en su momento recibieron ayudas por parte de la administración municipal, departamental o nacional para su reubicación, pero que después arrendaron nuevamente sus casas.
Es decir, se les soluciono el problema, pero lo trasladaron a otros y ganando ellos pues cobran los arriendos, pero dejando una vez más el problema para la administración municipal.
También es bueno preguntarse si ha existido la verdadera voluntad por parte de las diferentes gerencias que ha tenido Cormagdalena- que es la encargada de atender estos embates del río- de darle solución a esta problemática que ya se está volviendo normal que se presente dos veces por año.
Si ya se conoce el problema y se sabe cuál es la solución, entonces porque la entidad no ejecuta de una vez por todas los trabajos que hay que adelantar?
Sería muy bueno conocer las cifras de cuanto le cuesta a la administración en los presupuestos anuales, los recursos que tiene que desembolsar para atender las emergencias propias de estas calamidades.
Pero hay que decir también que en lo que hace referencia a la temporada invernal actual, tiene mucha responsabilidad el gobierno nacional que se inventó a inicios de año una gran sequía y no preparo a los alcaldes para la temporada de lluvias que comenzó en abril y termina en el presente mes de acuerdo con los pronósticos del IDEAM.
Lo cierto es que no se puede seguir, año tras año, hablando de tragedias por culpa de las torrenciales lluvias, sino planear y planificar desde ya las obras que puedan mitigar la furia de la naturaleza, esa es una realidad que debemos abordar desde ya.