El peor día del Ministro de Hacienda Alberto Carrasquilla, lo vivió el miércoles anterior cuando la Corte Constitucional declaró inexequible la Ley de Financiamiento que se había convertido en su bandera, para buscar equilibrar las finanzas públicas del gobierno nacional. El mismo presidente y senador del movimiento Centro Democrático, Alvaro Uribe Vélez y su bancada, lo regañó en medio de la plenaria de la sesión del Senado, por este motivo y por todas las políticas que está impulsando desde su cartera para reformar entre otras, las pensiones, flexibilidad laboral, aumento de los impuestos, que se han convertido en los detonantes para la caída de la imagen positiva del presidente Iván Duque Márquez y de este sector político. Algunos expertos consideran que tales decisiones funestas contra el bienestar de la sociedad colombiana se verán reflejadas en los resultados de los comicios regionales del próximo domingo 27 de octubre.
Lo preocupante es, el futuro incierto de la economía para el próximo año. La decisión gubernamental de presentar la misma reforma al Congreso de la República con mensaje de urgencia, no se hizo esperar. Si antes de la declaración de inexequibilidad de esta norma, se tenía un déficit acumulado superior a los 7 billones de pesos y con el aumento inesperado de la divisa norteamericana, en los dos últimos meses, producto de las turbulencias de la economía mundial, ahora con la caída de esta Ley, el déficit fácilmente puede superar los 16 billones de pesos, por el aumento de la deuda externa.
Lo anterior, es preocupante para la salud de las finanzas públicas del país y para la economía nacional. Es una afrenta que debe asumir el zar de las finanzas nacionales. Se espera que no se vayan a presentar dificultades, durante el trasegar legislativo, dada la polarización política que se ha endurecido durante los últimos meses, que puede llevar al traste con este objetivo gubernamental.
Además, las iniciativas que ha tenido el gobierno nacional para endurecer la estructura tributaria del país han incidido ostensiblemente para generar un caos en el direccionamiento de los instrumentos de la política macroeconómica del país. Todos sabemos sus efectos negativos sobre la producción y el empleo. El país, está atravesando una situación muy difícil que se ha traducido también en la disminución del consumo nacional en los diferentes agentes económicos. Es el momento para que se efectúe una reingeniería, para que se enderece coherentemente el accionar gubernamental y se conduzca a mejorar los niveles de vida de las familias colombianas.