No dejo de causar sorpresa y hasta estupor las declaraciones del auditor general de la república, Carlos Hernán Rodríguez, en el sentido que el gobierno tiene guardado en el sistema financiero la no despreciable suma de veinte billones de pesos.
Y no deja de causar sorpresa porque –según- el gobierno- hay un déficit de catorce billones de pesos para financiar el presupuesto del año 2018, cifra de la que no hay una verdadera claridad.
De acuerdo con el auditor, el año inmediatamente anterior las entidades territoriales dejaron de ejecutar por lo menos trece billones de pesos y hay otros siete billones de vigencias anteriores.
Así las cosas, no se entiende y es muy difícil de entender por qué el gobierno del Presidente Duque, afanosamente trata de presentar una reforma tributaria, que ellos llaman ley de financiamiento, mediante la cual buscan catorce billones, cuando tiene en caja veinte millones de pesos.
Y es aquí en donde comienzan a hacerse preguntas como, ¿Por qué el gobierno busca catorce billones cuando tiene veinte guardados? ¿Pagan intereses esos recursos depositados en la banca? ¿Y si los pagan, a cuanto hacienden los mismos?
Es un hecho que la Ley de financiamiento propuesta por el gobierno no pasará o por lo menos no pasará como la presentó el ejecutivo.
Solo tiene el apoyo de su bancada, el centro Democrático y el conservatismo pues los demás movimientos o grupos políticos ya han dicho que no le jalan a su aprobación.
Lo otro es que cada día se le agota más el tiempo para su estudio y aprobación en el congreso que solo trabaja hasta el 16 de diciembre, es decir que tiene solo tres emanas para su aprobación y ya es inminente que tendrá que convocar a extras a la célula legislativa.
Lo cierto es que el ejecutivo tiene que buscar la forma para que se apruebe su reforma porque de no lograrlo serán muchos los programas de orden social que quedarían desfinanciados para el entrante año.
Ahora, una buena salida sería la de incrementar la carga tributaria al sistema bancario que año tras año presenta grandes ganancias. No hay que olvidar que el impuesto del 4 por mil se creó para ayudar a la banca nacional en un momento difícil y se quedó establecido como fijo pese a que ya supero la crisis. Que la banca aporte ahora que vive momentos de ganancias fortalecidas. La idea no es mala.