Está demostrado y así lo señalan la cifras que uno de los países más corruptos de Suramérica es Colombia y donde también se podría decir que cuenta con la justicia más complaciente con los ladrones de cuello blanco, pues aquí roban los recursos del estado o piden coimas y no pasa nada.
Y no es cuento ni invento mío sino que los hechos así lo demuestran.
Mientras que en otros países como Brasil y Perú, la justicia ha sido eficiente y ya tiene tras las rejas a las cabezas visibles del escándalo de Odebrecht, en Colombia solo los pececitos de ese entramado de corrupción se encuentran en la cárcel.
Brasil ya tiene a dos ex presidentes tras la rejas, en el Perú hay dos más e inclusive un tercero prefirió suicidarse antes que pagar sus culpas por este escabroso hecho de corrupción que permeo a grandes políticos de nuestra región, pero en Colombia pese a que todo el mundo sabe y hay pruebas de la participación de expresidentes, aquí no pasa nada.
No se equivocaron quienes el año pasado advirtieron que lo que se sabía del escándalo de Odebrecht en Colombia era la punta de un iceberg gigante del que poco a poco se iría descubriendo su fondo.
Pero de un momento a otro y cuando comenzó a visualizarse que en esa olla podrida estaban inmiscuidos peces gordos –muy gordos- de la elite colombiana a la cabeza de un ex presidente, todo quedó quieto.
Por ejemplo, se sabe de hechos ocurridos en el Gobierno de Álvaro Uribe Vélez en donde su viceministro, Gabriel García Morales de Transporte y director del INCO para la época de la adjudicación del tramo 2 de la Ruta del Sol aceptó haber recibido un soborno de 6,5 millones de dólares.
José Elías Melo Acosta, expresidente de Corficolombiana fue vinculado al proceso mediante una diligencia de interrogatorio que se llevó a cabo el pasado 30 de enero y ya fue declarado responsable de hechos de corrupción y espera sentencia pues su sentencia apelo la decisión.
Hay que recordar que durante ese gobierno no se movía una hoja de un árbol sino contaba con la aprobación del primer mandatario de los colombianos y quien –como lo demuestra una foto en palacio- se reunió dos meses antes de la aprobación de esa licitación con el presidente de ODEBRECHT y el hoy prófugo Andrés Felipe Arias.
Y son muchos los nombres de implicados en estos sobornos como el de Juan Ricardo Noero, el ex senador Plinio Olano, Miguel Peñaloza y Mateo Restrepo, consejeros presidenciales del Gobierno Uribe, Daniel García Arizabaleta, Eduardo Zambrano, Menzel Amin Avendaño, Marco Gianpaoli, Alfonso Pereira del Río, Rafael Nieto Loaiza, María Fernanda Valencia y su esposo Otto Rodríguez, son entre otros algunos nombres de los presuntos implicados en este escándalo.
Pero también en el gobierno de Juan Manuel Santos que se hizo famoso por la mermelada que hoy también reparten en este gobierno hay varios presuntos implicados en este hecho de corrupción como lo son Otto Nicolás Bula Bula, Luis Fernando Andrade, director de la ANI, las exministras Cecilia Álvarez Correa y Gina Parody, Bernardo ‘Ñoño’ Elías e Iván Mustafa y Roberto Pombo ex gerente de campaña Santos entre otros, sin olvidar a Óscar Iván Zuluaga, excandidato a la presidencia por el Centro Democrático
Con tantos implicados entonces no se entiende que después de más de cuatro años de investigaciones no exista hasta un veredicto final por parte de la Fiscalía que investiga, mientras que en otros países en poco tiempo ya hay resultados.
Será entonces que es cierto que en Colombia la justicia es para los pobres y no para los de cuello blanco?
*Consultor y asesor Político, Comunicaciones y
Organización de Campañas Electorales