En un país diferente a Colombia, las declaraciones del ingeniero Jorge Pizano, sobre el conocimiento que el fiscal tendría conocimiento de los hechos de corrupción cometidos por la empresa Odebrecht en nuestro país, muy seguramente habrían hecho que por lo menos el Fiscal por dignidad hubiera renunciado a su cargo.
Pero estamos en Colombia y aquí no pasa nada, ni pasará nada porque está más que comprobado que el rigor de la Ley es para los de ruana y no para las altas esferas que gobiernan la nación.
Si bien cuando el fiscal conoció las declaraciones del ingeniero Pizano, no ostentaba ese cargo pero estaba a escasos días de asumirlo, es claro que su obligación ética y moral era la de acogerlas e insertarlas dentro de las investigaciones que de por sí ya se venían adelantando sobre este sonado caso de corrupción no solo en Colombia sino en el mundo entero.
Y conocidas esas declaraciones –delicadas de por si- que demuestran el alto grado de corrupción que había en los contratos de la empresa Brasilera ejecutados en Colombia y que involucran a las más altas esferas del poder, entonces se comienza a entender el hecho de él porque aquí no ha pasado nada.
Ahora, claro si es que la legislación o el sistema judicial en Colombia no obliga –en este caso- a que el fiscal hiciera público lo que conocía de los actos de corrupción o pago de caimas en la contratación de obras de la empresa Odebrecht.
Pero hay algo que se llama ética y moral y que debería haber sido aplicado en este caso por el Fiscal General de la Nación.
Pero no pasó nada y muy seguramente va a pasar nada.
En países como Brasil, Ecuador y Perú en Suramérica y algunos otros de Centroamérica, ya hay condenas y ex presidentes y altos funcionarios de Estado presos y purgando condenas por estos hechos de corrupción.
Aquí en Colombia ni uno solo y solo salva algunos dirigentes de mando medio, son los que se encuentran presos y a la espera de juicios, pero los verdaderos cerebros de esta operación, libres y burlándose de la Justicia Colombiana.
Pero no es solo el caso de Odebrecht en el que no avanzan las investigaciones en la Fiscalía, son también casos como el de Refricar, en los cuales el detrimento al erario ha sido escandaloso en donde no hay un asomo de justicia para quienes cometen estos delitos de corrupción, solo por mencionar algunos de los más sonados en nuestro país.
Definitivamente pareciera que este país con las cosas que pasan y se ven cada día, no está lejos de ser inviable tanto judicial como legislativamente.