Si hay algo que realmente este afectando a la sociedad hoy es que se ha perdido el respeto por todas las acciones que a diario cumplimos en todos los órdenes, desconociendo así que aunque tenemos derechos también tenemos obligaciones que cumplir y una de ellas es el respeto por las leyes y las diferencias.
Respetar las diferencias, ya sean de raza, cultura, religión o incluso discapacidades, no solamente es importante en un mundo cada vez más globalizado, sino que prepara a los niños para ser solidarios, a valorar y aprender de otros, a ser tolerantes y respetuosos, y a evitar que tomen decisiones basadas en prejuicios y estereotipos.
Saber respetar a los demás es esencial, pues representa valorar y tolerar las diferencias y comprender que ellas nos hacen crecer. Entendemos por respeto al acto mediante el cual una persona tiene consideración por otra y actúa teniendo en cuenta sus intereses, capacidades, preferencias, miedos o sentimientos.
Pero si algo no se respeta en este país, son las Leyes y muy seguramente por eso estamos como estamos.
Las leyes son vitales, pero también la educación del ciudadano para cumplirlas. Sobre todo, para saber convivir.
Pero este respeto por las leyes tiene que venir desde la primera infancia. Les cabe toda la razón a quienes dicen que detrás de este grave problema –aparte del estrés, del gran componente del licor y las drogas, que llevan a actuaciones violentas– está uno de educación en civismo y respeto.
El colombiano del común puede que trasgreda la ley pese a que la conoce, pero lo hace por el mismo ejemplo que recibe de la clase política –no todos pero si la gran mayoría que pueden ser unos de los mayores quebrantadores de la norma con sus actos de corrupción.
Y ahí viene el otro problema y es que cuando esos de cuello blanco que quebranta la norma y son sorprendidos, las penas que se le aplican son muy pero muy laxas, mientras que si el mismo hecho lo comete un colombiano de a pie, no lo duden que a ese si se le aplica todo el rigor de la justicia.
Y esa falta de respeto por la norma es la que lleva a la intolerancia y la intolerancia puede conducir a la muerte como ocurrió el fin de semana anterior cuando dos personas fueron asesinadas por un energúmeno individuo que no tolero que el carro en el que se desplazaban la víctimas frenara de manera intempestiva.
Hay que actuar, pues no podemos seguir armados en cuerpo y alma y el inicio debe ser por comenzar a aprender a respetar las Leyes y las diferencias entre todos y cada uno de nosotros.