Ha causado furor la reciente publicación “Memorias de un hijueputa”, del escritor paisa Fernando Vallejo. Sí, el mismo de la “Virgen de los sicarios”, esa novela corta que fue llevada al cine.
El reciente libro de Vallejo fue presentado en la feria del libro de Bogotá y puede enmarcarse como reflexiones del autor en su etapa madura, quien se hace pasar por sátrapa para poder decir y desdecir, de lo que piensa de Colombia. No deja “títere con cabeza”.
A Margarita Vidal, la periodista, la trata de “preguntona malintencionada”, por querer ahondar en las preferencias sexuales del autor. A César Gaviria, Pastrana, Uribe y Santos, los destroza con sevicia. Al Papa Bergoglio lo cuestiona cáusticamente, entre otras cosas, por haber canonizado a Juan Pablo II. Al poeta nadaísta Jota Mario lo despelleja. Quién sabe qué pelea casada tienen de tiempo atrás. También a la artista plástica Doris Salcedo y a los poetas Neruda, Vallejo y Lorca.
Ya se sabe que ese es el estilo de Vallejo. Por tratarse de unas memorias, no deja pasar de lado sus facetas más íntimas, como su homosexualismo, su pasión por la música y en especial la interpretación del piano. Y en esas páginas detalla de la errata en la composición de cierto compás en un “Nocturno” de Chopin. A Bach le dice caga notas, pero se enternece con una milonga titulada “Reliquias porteñas”.
Vallejo siempre dará de qué hablar y le daremos de qué hablar. Por ahora, recomiendo la lectura de estas memorias que serán motivo de sonrojo, pero también de hilaridad por la manera en que va contando episodios nuestros.