La tan cacareada propuesta de ampliar el periodo de los actuales alcaldes, gobernadores, concejales y diputados para unificar los periodos con los del presidente senadores y representantes a la cámara, si algo tiene claro es que a todas luces – y así lo sostienen versados constitucionalistas- es inconstitucional.
Este punto es el que hará fracasar la propuesta, pues su inconveniencia no solo desde el punto de vista jurídico sino político, son tan evidentes que muy seguramente hará que no sea posible que tal propuesta prospere.
Pero así como la propuesta de ampliar el periodo de los actuales mandatarios es descabellada, lo es tan bien la posibilidad de aprobar la reelección inmediata de todos ellos.
Ahora, si hay algo cierto en todo esto, es que existe la imperiosa necesidad de unificar los periodos en una sola elección, pues esta es una solicitud que han hecho muchos gobernantes que sostienen –con razón- que la elección a mitad del periodo presidencial implica desajustes y descoordinación en los planes de desarrollo y los presupuestos municipales y departamentales.
A esto hay que agregarle que la Ley de garantías electorales les impide la contratación pública, los deja durante varios meses sin poder ejecutar obras de beneficio o necesarias para sus comunidades.
Desde el punto de vista político regional, el hacer coincidir las campañas nacionales, es decir presidencia y congreso y las locales –gobernadores, alcaldes, diputados y concejales, pues los liderazgos políticos locales –que son los que promueven la participación ciudadana, quedarían subordinados a las campañas nacionales cuyo propósito es otro.
Los actuales períodos no podrían, ni deberían prorrogarse mediante un acto del Congreso. La votación verificada en 2015 fue para conferir el siguiente mandato de cuatro años, de enero de 2016 a diciembre de 2019. Si se pudiesen prolongar esos mandatos se podría hacer lo mismo con el del Presidente, en evidente contravía de la voluntad de los votantes.
Desde el punto de vista político regional, el hacer coincidir las campañas nacionales, es decir presidencia y congreso y las locales –gobernadores, alcaldes, diputados y concejales, pues los liderazgos políticos locales –que son los que promueven la participación ciudadana, quedarían subordinados a las campañas nacionales cuyo propósito es otro.
Unificar los periodos es necesario, pero sin quebrantar la voluntad del elector primario, por eso la solución sería que esa ampliación para la unificación de periodos se diera para los nuevos mandatarios a elegir.