Recientemente en el país se conoció un dato apremiante. La Corte Constitucional, según las acciones de tutela en Colombia llegaron a siete millones desde el año 1991. Aunque muchos que desconozcamos el derecho y la importancia y, el uso de dicho mecanismo en nuestro país, el dato pueda ser simplemente una cifra, aquello realmente significa, que, desde entonces, han sido siete millones de personas, a las que se les ha violado derechos fundamentales y han denunciado, siendo ello, algo lamentable y preocupante, teniendo en cuenta que los que denuncian siempre son una minoría.
El derecho fundamental que más se viola en Colombia, es el derecho a la vida. Sin embargo, y como los muertos ya no pueden poner tutelas, a ese derecho categorizado como inviolable por la Constitución Política colombiana, se le suman el derecho a la salud, a la educación, a la dignidad humana, al trabajo, al culto, entre otras adquisiciones, que deberían ser inherentes a la existencia del ser humano, pero que, por cuenta de múltiples factores, entre esos el conflicto armado que azotó a Colombia por casi seis décadas, ha habido una violación sistemática de libertades individuales, derechos, y normas, que hoy nos tienen como el segundo país más desigual de América Latina.
La desobediencias de la norma de normas en el país, ha contribuido a que existan derechos fundamentales violados a diario, y es allí donde la tutela, se ha convertido en el argumento jurídico de más peso, para el que le quebranten sus derechos, pueda luchar contra el mismo sistema, tal y como suele ocurrir en la salud con las EPS, en donde muchas veces hay que, en tutelar para acceder a un examen especializado, para la autorización de una cirugía, así como también, ante un despido laboral injustificado, o un caso de discriminación, color, origen, raza etc.
La tutela, derecho de derechos ganado en la Constituyente del 91, en el marco de un nuevo modelo de Estado social de derecho y democrático, pese a los inconvenientes, a los miles de violaciones de derechos fundamentales, hoy se convierte en el arma más contundente de los ciudadanos, y aunque nos resulte preocupante, y un mal indicio el gran número de acciones de tutela; aquello también representa la importancia de la misma, en un país, que aunque firmó la paz, seguirá siendo inequitativo, burocrático en lo que debería ser simple, y corrupto en todas las esferas.
Actualmente el hecho de pensar que una hipotética reforma a la justicia, piense siquiera en eliminar la acción de tutela, es quitarle la única herramienta a millones de ciudadanos, que encuentran en ella, una esperanza y una forma de luchar por el mínimo vital de su existencia. Este país tiene que haber paz, pero a la vez, tiene que insistir en que la salud, el trabajo y especialmente la dignidad humana, son derechos que nadie nos tiene que despojar por una simple renovación, ¿Qué pasará si nos quitan la acción de tutela?, se cometerá más abuso, deshonra, y desobediencia a nuestros derechos fundamentales.