
Muchos medios de comunicación, escritos, orales y visuales, están en graves problemas financieros. Sabido es que el sostenimiento de los mismos se da por consumo masivo y por publicidad o pautas publicitarias.
Se responsabiliza de esa preocupante situación al internet o redes sociales y a que las empresas productivas y de servicios, ya poco promueven sus actividades en medios regionales porque decidieron hacerlo en la capital del país, convencidos que el consumidor solo ve, escucha o lee medios centralistas, en perjuicio de los que se mueven en las regiones.
Lo cierto es que ya la gente poco lee ni periódicos ni libros por lo anteriormente dicho, las redes sociales. Somos el país donde menos leemos, porque en las escuelas y colegios esa importante misión ya no funciona eficazmente. Hoy es más importante el adoctrinamiento mental, y no precisamente sobre historia patria ni civismo, ni urbanidad ni respeto. Nos volvimos consumidores de mentiras con ojos azules y de ideologías sesgadas.
Ahora se le ocurrió a un político, Jorge Enrique Vélez, incrustado en la presidencia de la Dimayor, la que rige el futbol profesional colombiano, a cobrarnos, en unión de dos pulpos empresariales de comunicación, treinta mil pesos mensuales más para ver cinco partidos de fútbol de la liga nacional, a través de las empresas de TV cable a las cuales estamos afiliados la mayoría de colombianos, que nos daban esos espectáculos, unos buenos y otros mediocres, gracias a lo que pagamos, sesenta, setenta y hasta cien mil mensuales, sumas que aumentan ahora injustamente. El país no da más, y menos para ver fútbol regular o malo.