La lista de hechos, y acciones dolorosas que se dieron con frecuencia permanente. La delincuencia común disparada, la inseguridad en las calles, y lo más latente, la CORRUPIÓN al más alto y mínimo nivel, las víctimas sin reparación, un proceso de paz casi fallido por culpa de los difamadores, y de las disidencias, la educación con sus deudas históricas, que los venezolanos atravesando los pueblos con sus costales de ilusiones, cargando con su dolor social en su espalda, en fin. Pero en mi modesto parecer, la deuda grande por saldar es la forma misógina, machista y rastrera con la que se sigue tratando la mujer. No bastó que siguieran engrosando las estadísticas de asesinadas, violadas, ultrajadas, malqueridas, y despreciadas, que fueran mostradas como trofeos por los violentos, sino que cerrando el año tuvo que venir un siniestro personaje, ambicioso, y mal hablado, como si alguna autoridad moral tuviera para emitir epítetos contra mujeres policías violadas por los mismo de la institución, y las futbolistas insultadas y maltratadas verbalmente, solo por el pecado de haber sacado la cara por el fútbol femenino al ganar la copa sudamericana.
Mujeres que siguen recibiendo de sus victimarios sentencias que más que risa, producen escozor, al desconocer la normatividad que obliga a la severidad de crímenes de esta naturaleza, como los feminicidios, que se han dado en todo el país, víctimas por la sola condición de ser mujer. Pero lo más triste de todo es que pareciese que la sociedad no le interesa el destino de la mujer, y se la jugó para que se prolongue en el tiempo esta injusticia. Sí, es cierto, muchas cosas siguen en deuda por y para resolver, pero el de la mujer es una que hay que pagar a la brevedad, no sea que la proliferación de los abusos en torno a ellas, terminen siendo indiferentes ante tantas injusticias.
A menudo manifestamos, y advertimos que los valores se vienen perdiendo y desconociendo, el de respetar la dignidad de la mujer, nos conlleva día por día a ser una sociedad más enfermiza, mortuoria, y cargada de gente inhumana. Que no se siga el silencio, o mínimo callando por sus muertes, violaciones, despotismo; que más bien sea al menos en este tiempo de reflexiones, que si a la ley se le está torciendo el pescuezo para el desconocimiento de sus derechos, a nosotros como sociedad no se nos doble nuestra conciencia, y más bien coloquemos en el escenario de la discusión, cómo y de qué manera la mujer, tome el protagonismo y el reconocimiento que se merece, la dignidad que se le ha arrebatado, el valor, la atención, cortesía y admiración que se merecen las mujeres y, las injusticias y atropellos que se le han dado.
P/D: Un feliz año nuevo y muchas Bendiciones,,,