Nada bien la debe estar pasando el presidente Duque, luego que el país se enterara por medio de la columna del periodista Daniel Coronell, de las acciones no santas de su ministro de hacienda Alberto Carrasquilla cuando fue ministro de la misma cartera durante el gobierno de Uribe.
Y no la tiene fácil, porque si su discurso desde hace más de un año viene siendo la lucha contra la corrupción, las pruebas hechas públicas de su ministro demuestran que incurrió en un hecho de corrupción.
Ya está programa una citación del ministro al senado para el martes de la entrante semana en donde deberá explicar además de este bochornoso hecho, otras participaciones en actos no muy claros y de los cuales hay pruebas según lo dijo el senador citante, Jorge Robledo, del polo democrático.
Desde ya se habla de la moción de censura contra el ministro. Esta figura constitucional hasta la fecha no ha dado resultado desde su puesta en marcha, pero pareciera que esta vez sí podría hacerse realidad.
Y es que no la tiene fácil el gobierno al interior del senado -más difícil la tiene en la cámara- pues, aunque tiene una mayoría esta es pírrica.
Varios escenarios se pueden dar en este debate, primero que antes del mismo el gobierno organice sus bancadas gobiernistas conformada por los conservadores e integrantes del Centro Democrático, que no le asegura la mayoría, o ver si es verdad que no sacara el pote de la mermelada para endulzar algunos de los congresistas para lograr la mayoría.
El nombramiento de Carrasquilla nunca fue recibido muy bien por las instancias y políticas del país. Famoso porque fue quien siendo min hacienda de Uribe, dijo que el salario mínimo de los colombianos había que bajarlo porque era muy elevado.
Recientemente también se ganó el rechazo nacional al proponer que toda la canasta familiar fuera grabada con el 19 por ciento del Iva.
Carrasquilla, no goza de muchos amigos al interior del congreso y puede ser que sea el primer ministro de un gobierno que estrene la figura de la moción de censura, lo que será un duro revés para el gobierno de Duque, porque como dice el adagio popular, “la mujer del cesar no solo debe serlo, sino parecerlo”, y los actos de Carrasquilla no parecen estar alejados de ser actos que van en contra de las finanzas públicas, pero a su favor.