Con el paso de los días se está volviendo más común de lo que debería ser, que el presidente de la República Iván Duque Márquez incumpla una de sus promesas de campaña para llegar a la presidencia.
Durante su emotiva campaña dijo que no subiría los impuestos y ya lo hizo –y de qué manera- con la ley de financiamiento que no fue otra cosa que una reforma tributaria, la más fuerte de los últimos años sin lugar a dudas.
Luego de la consulta anticorrupción prometió su apoyo irrestricto a los más de once millones de colombianos que respaldamos esa iniciativa y tampoco cumplió, prueba de ello es que en el congreso con amplia mayoría a su favor, las iniciativas –muchas de ellas- no avanzaron y solo una o dos dieron un paso importante.
Del cumplimiento de los acuerdos de paz, no se sabe que pasará, pero lo que se ve hasta el momento es el cumplimiento de alguno de los acuerdos pero el retraso en algunos otros de los puntos pensados.
Ahí no se sabe que pasará.
Dijo que no permitirá el “fracking” y no se sabe si lo cumplirá o será otra de sus promesas incumplidas.
Después de tres meses de trabajo, se conocieron las recomendaciones de la Comisión de Expertos que había convocado el Gobierno para estudiar la viabilidad de que Colombia acoja la técnica del fracturamiento hidráulico (“fracking”) para extraer petróleo y gas en su territorio.
Como se sabe, y esa fue la razón de acudir a los expertos, el “fracking” es muy controvertido por los supuestos peligros que representa para el medio ambiente. A pesar de esto, internacionalmente no hay un punto de vista unificado sobre el tema.
La comisión, en la cual hay representantes de diferentes áreas del conocimiento, es independiente del Gobierno y sus recomendaciones no lo obligan. Un segundo aspecto de importancia es que se pronuncia sobre la exploración de hidrocarburos; con esto, el país puede hacer proyectos piloto que permitan determinar la existencia de yacimientos de petróleo y gas que puedan explotarse con esta técnica, siguiendo un protocolo muy exigente.
Claro está que los expertos recomiendan que no se inicie ningún proyecto sin identificar con claridad los riesgos que le estén asociados. En esas condiciones, la exigencia sobre el levantamiento de información ecosistémica, hidrogeológica y de sismicidad es muy alta y se pide que en todo lo que se piense hacer, haya participación de la comunidad.
Esperemos que así sea.