
El ambiente y aroma que se vive en la mayoría de las instituciones educativas, no se visiona un excelente desempeño académico en los estudiantes. Lo anterior es causa de la permisividad familiar o tolerancia excesiva de los padres, en consentir a sus hijos al tener en cuenta sus caprichos y desidia lo cual reduce el potencial de los niños y adolescentes.
Esto se ha irradiado en el contexto educativo, la permisividad educativa, también falta un principio muy importante de la pedagogía asertiva, aprender a decir no. Es muy recomendable que los padres y agentes educativos pongan límites a través de la pedagogía de la palabra no. De lo contrario, los educandos van a adquirir una noción distorsionada del mundo y de la vida, ya que un alumno que no ha desarrollado su capacidad de tolerancia en la infancia, llega a la adolescencia y descubrirá por símismo los límites que se encuentra en el camino.
Lo anterior conlleva a que se incremente en los estudiantes, la irresponsabilidad académica, que es el pan de cada día en las instituciones.
Encontramos alumnos que no tienen sentido de pertenencia con su formación, solo asisten al colegio por asistir, les da lo mismo prestar atención en clase, tomar apuntes, participar en clases, realizar los talleres pedagógicos y didácticos para afianzar losaprendizajes orientados por los profesores, en sí, son irrespetuosos y, cada día el ambiente en las aulas escolares es demasiado tenso.
El llamado es, no se puede seguir acolitando la permisividad en las instituciones, ya que estaríamos formando personas irresponsables y por ende con poco sentido de ser analítico, crítico y reflexivo, líderes y emprendedores.
Ser demasiando permisivo puede traer como consecuencia en los hijos y estudiantes problemas de conductas, sus habilidades sociales no se fortalecen, inseguridad, se convierten en alumnos perezosos, impulsivos e inmaduros y descontrolados con sus valores éticos y morales.
Cuando se les exigen pedagógicamente con una permisividad moderada, ordenada y respeto mutuo, las instituciones son una prolongación de la vida familiar, en la que los valores del compartir y la democracia conducen a una vida cómoda y finalmente a la disciplina y, por ende una atmosfera agradable al intercambiar afectuosamente y, despierta responsabilidad en los educandos, con sentido consciente de su formación en forma integral.
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