Se está volviendo recurrente el comentario, casi a diario, de la comunidad en general que afirma la preocupante situación que se viene presentando en algunos de los colegios de la ciudad, en donde todo el mundo sabe que se están expendiendo drogas alucinógenas a los estudiantes.
Se dice que en colegios como el Mao y el Vélez, se han presentado estos casos, pero lamentablemente no son los únicos colegios locales en donde está circulando la droga maldita.
Es cierto que se viene haciendo prevención, tanto de la administración municipal como de las autoridades policiales, mediante la realización de talleres para dar a conocer los peligros de la utilización de las drogas psicoactivas, pero lamentablemente esta lucha parece que se está perdiendo.
El ingenio de los jibaros y pequeños micro carteles que merodean las instituciones educativas, le están ganando la batalla a las buenas intenciones que tienen las autoridades de evitar este flagelo.
Al parecer la droga está siendo camuflada para su venta con mangos, dulces o refrescos para evitar la sospecha de las autoridades.
Esta manera de distribución se hace a través de los vendedores ambulantes que se ubican en la entrada o cercanías de las instituciones educativas.
Pero también se dice que estas bandas han reclutado a los mismos estudiantes quienes se encargan de hacer su distribución al interior de los planteles educativos, hechos que son totalmente desconocidos por parte del cuerpo de docentes de los colegios.
La situación preocupa y no es para menos, pero para poder evitarla y erradicarla no solo se necesita del concurso de las autoridades de policía mediante operativos sorpresa, como se ha hecho en otras ciudades del país, y de la administración local con el impulso de campañas preventivas, sino también de los padres de familia.
Claro que es importante que los padres de familia se pongan a la cabeza de esta campaña de lucha contra la venta de drogas psicoactivas, pues son ellos quien de primera mano pueden conocer la información de sus hijos y trasmitirla a las autoridades.
El futuro de nuestra juventud está en peligro, y es necesario que todos nos coloquemos al frente en esta lucha contra la droga.