La subida de cincuenta centímetros de la cota en el rio a la altura del puerto de Barrancabermeja en solo doce horas, prende las alertas de lo que será la ola invernal de fin de año en nuestro país.
Las copiosas precipitaciones súbitas tienden a ser una nueva constante ante la cual el país debe prepararse hasta donde lo permitan los recursos, los medios materiales y la ciencia.
Según muchos conocedores de temas ambientales, las intensas lluvias es una consecuencia del cambio climático.
Como es bien sabido, las acciones deben adelantarse en muchos frentes: desde los planes de ordenamiento territorial, pasando por las normas que rigen la construcción de vivienda e infraestructura, hasta la lucha contra la corrupción, pues, muchas veces, leyes, decretos y resoluciones se pasan por la faja por culpa de funcionarios corruptos y ciudadanos tan inescrupulosos como codiciosos.
Con estas acciones, que apuntan a lo estructural y a esfuerzos necesarios de mitigación a gran escala, hay que insistir en las medidas que deben tomarse para enfrentar las lluvias.
Estas medidas deben incluir revisar que los desagües no estén taponados por basuras, monitorear con frecuencia los pronósticos del Ideam, evitar que los lechos de los ríos acumulen sedimentos que impidan el flujo de las aguas y establecer y divulgar protocolos de emergencia en cada comunidad, sobre todo si estas se encuentran en zonas de riesgo.
Es importante también, estar pendiente de la salud de los más pequeños, en particular de síntomas que indiquen posibles enfermedades respiratorias, muy frecuentes en épocas de precipitaciones.
En particular nuestro municipio y como consecuencia de las lluvias, ya se están viendo afectaciones en algunos barrios que la alcaldía, con el apoyo de la gobernación y otras entidades de socorro, han atendido de manera oportuna,
Lo importante del manejo de estas temporadas invernales, es estar preparados antes de y no después de o en medio del invierno, como se hace generalmente.
Desde ya y conociéndose como se conoce los sitios que siempre afectan las temporadas invernales, el comité de prevención de desastres debe diseñar las políticas necesarias que eviten situaciones que lamentar.
Se trata de no bajar la guardia y aprender lecciones de pasadas experiencias para así salvar vidas.