Este jueves se lanzará oficialmente n Colombia un nuevo partido o movimiento político que engrosara la lista de los ya existentes y que la verdad poco o nada es lo que han hecho en la nación en los últimos años, y más ha sido su cuestionamiento que su aporte a la vida institucional de la nación.
Esta colectividad nace de la disidencia de un gran número de integrantes del Partido Liberal Colombiano, que renunciaron a la colectividad en señal de protesta por el manejo dado al mismo por parte del ex presidente liberal, César Gaviria Trujillo.
De la mano del ex ministro del interior, Juan Fernando Cristo, la nueva colectividad –de la que no se conoce su nombre- buscará ser actor principal en las justas electorales del mes de octubre de 2019 en donde buscará presentar candidatos a las alcaldías y gobernaciones a lo largo y ancho del territorio nacional.
Lo cierto es que en el país puede advertirse un sentimiento, por ahora algo vago o desarticulado, en favor de la creación de un nuevo partido político democrático que satisfaga realmente las aspiraciones aplazadas o frustradas de muchos.
Los sucesivos episodios de la vida púbica han ido dejando un creciente sedimento de desconcierto y decepción ciudadano en el que se mezclan aflicciones de orfandad ideológica y de frustración ante la conducta de algunos dirigentes, como aconteció recientemente en el Partido Liberal.
Sea cual fuere su nombre, el nuevo partido debe constituirse en pieza fundamental de una oposición constructiva, inspirada en los principios de ejecutorias progresistas y que saque al país de la polarización existente entre la derecha y la izquierda.
Un partido que este alejado de las costumbres clientelistas y adicción a la mermelada que tienen hoy los existentes y que tanto daño le hace a la construcción de una nueva Colombia con igualdad para todos.
Que ejerza, si es el caso una verdadera oposición a los gobiernos de turno, pensando siempre en las necesidades de los colombianos y no en el beneficio propio de sus integrantes, como viene sucediendo hasta ahora.
El resultado entonces, tiene que ser una nueva colectividad primordialmente de centro en la cual los millones de colombianos sin partido o ideología puedan confiar para la construcción de una nueva Colombia con igualdad y oportunidades.