Si hay algo claro a la fecha, es que ni los partidos ni los movimientos políticos le apoyaran la ley de financiamiento o reforma tributaria presentada por el Presidente Duque a su consideración, incluyendo a su mismo partido el CD que fue el que lo llevo a ese cargo y que la mismas saldrá muy mutilada frente a la original.
Tanto la oposición como los partidos independientes y del propio Gobierno se mantienen firmes en cuanto a que no se puede afectar a los pensionados, las empresas pequeñas y a los ciudadanos en general con el tema del IVA a la canasta familiar y a la venta de vivienda usada.
Y tienen razón porque no tiene lógica que mientras se le incrementan los impuestos a la clase media, exoneren de más de diez billones de pesos a las grandes empresas que serían las que en realidad se beneficiarían.
Esta reforma como esta presentada en su original pareciera que fuera elaborada por un Robín Hood al contrario, es decir quitándole lo poco que tienen los pobres para dárselo a los más ricos del país.
La propuesta de discutirla –como se había aprobado con anterioridad- en las regiones y con el ministro de hacienda Alberto Carrasquilla, ahora se pretende no discutirla con la gente que es la más afectada con la misma.
El Gobierno se equivoca cuando pretende ampliar la base en las clases menos favorecidas, no se pueden gravar las pensiones, ni la vivienda usada. Cierto es que hay que buscar la plata que hace falta y el gobierno debe ser más creativo en esa búsqueda, pero sin afectar a los más pobres.
El gobierno solo piensa en conseguir los recursos a través del IVA, cuando hay otras fuentes de financiamiento.
No la tiene fácil, ni la tendrá el gobierno en las siguientes semanas para lograr su aprobación y no solo porque la reforma ahonda la desigualdad y aumenta la brecha entre los ricos y pobres del país, sino porque los partidos y movimientos políticos no quieren pagar políticamente su apoyo, máxime cuando el entrante año es un año electoral y muy seguramente el elector primario no olvida y les pasará la cuenta de cobro.
Lo que en últimas no se puede entender es que la reforma tributaria del presidente Duque, padece los mismos defectos que él criticó como senador y que el mismo demando ante la corte constitucional hace dos años durante el mandato de Santos.