La tragedia que le cambió la vida a Carlos y a su esposa ocurrió a las 9 a. m. del viernes frente a su casa, en el corregimiento Santa Fe, en el municipio de Magangué, a donde llegaron provenientes de Venezuela hace 4 años.
Carlos aseguró ayer que el niño, a quien bautizaron como Rafael Antonio Pérez Castro, había estado enfermo y ese viernes debía llevarlo a una cita médica. Por eso estaba en casa a esa hora. “Yo lo llevaba a un hogar infantil por las mañanas, pero ese día no lo llevé porque tenía que ir al médico”, recordó Carlos.
“Estaba leyendo”
Yo estaba pintando frente a mi casa. El niño estaba sentado en una silla leyendo y la mamá barría la terraza. De repente, el niño se levantó y salió corriendo, y fue cuando la moto lo atropelló. Yo lo que hice fue correr a recoger a mi hijo y llevarlo al batallón de la Armada”, recordó Carlos.
En el batallón le brindaron los primero auxilios a Rafael y luego lo remitieron al Hospital de Magangué. Horas después, lo trasladaron a un centro asistencial de Cartagena con una fractura en la parte izquierda del cráneo, pero el pequeño nunca reaccionó del golpe y en la tarde de ese mismo viernes falleció.
Según el padre del menor, el conductor de la moto no tiene licencia de conducción y el seguro del vehículo está vencido. “Él vive por ahí mismo, pero no sé nada de él. Yo cargué a mi hijo y no estuve pendiente de él ese día”, agregó Carlos ayer en la morgue de Medicina Legal.
“Yo me lo quiero llevar para Venezuela, a Maracaibo, para enterrarlo, pero la mamá no quiere. Dice que lo dejemos descansar en paz y que no lo pongamos a dar vueltas de un tramo a otro, que lo enterremos acá”, dijo el hombre, luego de respirar profundo y buscar en su celular una foto del pequeño.