Había dicho conocer hechos relacionados con Santiago y Álvaro Uribe, Piedad Córdoba, entre otros.

El martes pasado, la defensa de Salvatore Mancuso, exparamilitar preso en una cárcel de Estados Unidos por narcotráfico, radicó ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) la ampliación que esta le solicitó para tener en cuenta en su decisión si lo acepta o no como compareciente.
Aunque la JEP ha cerrado la puerta a los paramilitares que han pedido pista para obtener beneficios penales a cambio de entregar verdad, porque en principio fue creada para juzgar a los exguerrilleros de las Farc y miembros de la Fuerza Pública, hay una ventana para que Mancuso sea aceptado, no como excombatiente paramilitar –porque esos hechos los investigó Justicia y Paz–, sino como un tercero civil que financió y auspició grupos armados.