Luis Alonso Colmenares Rodríguez
El Día Internacional de la Mujer que hoy reconocemos comenzó desde 1975 como Día Internacional de la Mujer Trabajadora, por decisión de la Organización de las Naciones Unidas, con el fin de celebrar el 8 de marzo la lucha que ha llevado a cabo la mujer para reivindicar su participación dentro de la sociedad y su desarrollo como persona.
No hay duda de que las mujeres han logrado importantes avances en el ejercicio de muchas profesiones como el caso de la ingeniería, derecho, medicina, economía, contaduría, entre otras, donde son reconocidas por su inteligencia, capacidad, compromiso, y otros atributos.
Pero en la política están en déficit de representación, y no han logrado los mismos espacios. Incluso, a nivel mundial, las mujeres no tienen mayor participación en los procesos de adopción de decisiones y formulación de políticas públicas.
En Colombia, el bloque de reconocimiento legal de la mujer comenzó con el documento CONPES 161 de 2013 que incluyó los Lineamientos de Política Pública de Equidad de Género para las Mujeres, y luego quedó complementado con las leyes 581 y 1475 que establecen las medidas para promover la participación mínima del 30 % de mujeres en los espacios de toma de decisiones políticas en los cargos de designación y en los de elección popular. Esto, sin embargo, no lo cumplen todos los mandatarios y jefes de entidades.
Hay que vigilarlo y exigirlo.
En diciembre pasado el Congreso de la República aprobó un proyecto de ley para que la conformación de las listas de aspirantes a corporaciones públicas garanticen la paridad de género, es decir, por mitad de hombres y mujeres. Dicho proyecto está en revisión de la Corte Constitucional y luego pasará a sanción presidencial.
De tal manera que para las elecciones de 2022 se tendrán que conformar las listas con estas reglas, porque uno de sus artículos establece la “revocatoria de inscripción de las listas que no cumplan con la cuota de género”.
Así, Colombia se posiciona con liderazgo en Latinoamérica y el Caribe en igualdad de género en el ejercicio de la política, y un importante avance de la participación de las mujeres en los niveles decisorios en las diferentes ramas y órganos del poder público.
A pesar de las garantías legales, la evidencia empírica nos muestra que la participación de la mujer en la política colombiana es crítica. Le falta decisión y dinámica.
En el Congreso de la República, por ejemplo, las mujeres representan apenas el 18 % en la Cámara de Representantes y el 21 % en el Senado.
En las pasadas elecciones regionales fueron candidatas a gobernaciones solo 21 mujeres, de las cuales resultaron elegidas en Atlántico y Valle del Cauca. Pero hay departamentos en los cuales ninguna mujer está a cargo de las alcaldías municipales, como son San Andrés y Providencia, Cesar, La Guajira, Guainía, Vichada, Amazonas, Arauca, Risaralda y Guaviare.
Y nos toca conformarnos con el hecho de que por primera vez fueron elegidas tres mujeres en cargos que siempre habían sido ocupados por hombres.
Son los casos de Marta Lucía Ramírez como Vicepresidenta, Margarita Cabello como Procuradora General de la Nación, y Claudia López en la Alcaldía de Bogotá.
La invitación es a que la mujer haga un mayor esfuerzo por tener una participación más activa en la política, y con su decisión imprimir un carácter más humano para el desarrollo del país. Porque esa es su vocación, esa es su naturaleza. Por eso son mujeres. @LcolmenaresR