No cabe duda la violencia que se viene utilizando a través de la palabra en esta campaña política en nuestro municipio, preocupa y preocupa en alto grado por el tamaño de epítetos que para tal fin se vienen utilizando.
No es solo en una campaña, lo es en varias campañas y todas estas son pertenecientes a los candidatos a la alcaldía local, algo similar a lo que está sucediendo para la alcaldía de la heroica ciudad de Cartagena.
El término violencia proviene del latín violentilla, y es un comportamiento deliberado que provoca, o puede provocar, daños físicos o psicológicos a otros seres humanos, y se lo asocia, aunque no necesariamente, con la agresión, ya que también puede ser psicológica o emocional, a través de amenazas u ofensas.
Existen múltiples definiciones de violencia, en especial las que se relacionan con la imposición de fuerza física. Sin embargo, la violencia es un concepto mucho más global y complejo, que se refiere a: cualquier acto de comisión u omisión y cualquier condición que resulte de dichos actos, que prive a los sujetos de igualdad de derechos y libertades e interfiera con su máximo desarrollo y libertad de elegir.
Y eso es lo que estamos viviendo en esta campaña política, la violencia en la utilización de la palabra,
Se hace con el fin de ofender al opositor y viene siendo gestada –quien lo creyera- no de manera directa por los candidatos a la contienda electoral, sino por quienes hacen parte de su equipo de asesores.
No respetan nada ni a nadie.
El ataque no es directo contra los candidatos en si o sus propuestas de gobierno.
El ataque de una manera baja y ruin se viene haciendo contra familiares y amigos de los candidatos, que si bien hacen o están haciendo campaña por su familiar, nada tienen que ver con ese proceso electoral.
Hasta algunos medios de comunicación han caído en la tarea de la violencia mediante la palabra expuestas en sus escritos, lo que ha motivado denuncias y demandas antes los entes judiciales por los delitos de injuria y calumnia por parte de quienes se han sentido afectados por sus escritos.
La política, no es el arte de ofender o ejercer violencia al contrario mediante la utilización de la palabra, sino es el arte de servir a los demás mediante las propuestas e ideas para construir una nueva sociedad.
Es a eso a lo que se deben dedicar las campañas políticas, no a generar violencia a través de la palabra.