Con el cierre de las inscripciones para las elecciones del próximo 27 de octubre, podemos decir ya que la carrera por lograr el respaldo del elector primario para obtener la alcaldía local, ya inicio.
Cinco fueron los inscritos para el primer cargo municipal, cuatro de ellos hombres y una mujer, que lleva el respaldo del Polo Democrático Alternativo.
A partir de hoy los candidatos tienen 88 días para lograr convencer a los electores que sus propuestas inmersas en los programas de gobierno, son las que más le convienen a nuestro municipio para seguir creciendo.
No se puede negar –y sin apasionamientos- que la actual administración le deja un punto alto para quien llegue a gobernar los próximos cuatro años y no es porque lo haya hecho todo sino porque comenzó la tarea de hacer las cosas que había que hacer que estaban estancadas desde hace más de diez años en Magangué.
Esta campaña política que se inició de manera oficial, tiene que ser ejemplo de lo que tiene que ser la política en nuestro municipio y ojala en toda Colombia.
Debe primer esencialmente el respeto por las ideas y el derecho a discernir, por parte no solo de los candidatos sino de sus simpatizantes quien son en muchas ocasiones los que pasan esa línea invisible del respeto al contrincante.
La política constituye una rama de las ciencias sociales que se ocupa de la actividad en virtud de la cual una sociedad libre, compuesta por personas libres, resuelve los problemas que le plantea su convivencia colectiva buscando el bien común.
La política promueve la participación ciudadana al poseer la capacidad de distribuir y ejecutar el poder según sea necesario para garantizar el bien común en la sociedad, pero en ningún momento es el arte de la ofensa o el atropello de las ideas del contrario.
En esta campaña que ya arrancó, no debe haber vencedores ni vencidos porque al fin y al cabo quien obtenga el mayor número de votos deberá gobernar para todos, no solamente para los que sufragaron a su favor.
No nos puede llevar esta época proselitista a servir para la destrucción de hogares, familias o amistades por el apoyo a X o Y candidato a cualquiera de los cargos de elección popular.
El llamado es entonces primeramente a los candidatos en contienda, sus asesores, sus equipos de comunicaciones y sus simpatizantes, para que hagan de esta justa electoral, un verdadero debate en donde esencialmente primen las ideas en beneficio del desarrollo de nuestro municipio y no la ofensa o la diatriba en contra del contrincante.
Si cumplimos con esta premisa, seguro tendremos el mejor debate electoral de nuestra historia.