
Llamar proceso judicial el adelantado contra Jesús, es un absurdo, una estupidez, por ello,en vez de titular este articulo como lo había pensado inicialmente, proceso judicial contra Jesús, lo rotulé, La infamia judicial, contra Jesús, porque en realidad ningún ser humano, ni los nacidos hoy en día, ni los que nacieron y hoy muertos, tuvieron ni han tenido un aparente proceso con tanta infamia como el que tuvo para esa época, ese joven, de cabello largo, puro, dulce y de hablar sereno, que, con el poder de su palabra envolvía a oyentes, y guiaba a multitudes con mucha autoridad, la voz de Jesús nos ha hecho comprender a todos, y ya van más de dos milenios que no ha habido, ni habrá otra palabra igual en el ininterrumpido discurrir de la historia, la clase dominante no podía aceptar en esos tiempos, y menos de un joven, que nació en Nazaret, según ellos, donde todo nace malo, que, de la noche a la mañana consiguiera que un puñado de gente cambiara la concepción que se tenía de Dios, de Dios de la venganza y de la guerra a un Dios de la paz y del amor, en la medida que crecía la popularidad de Jesús en Judea, aumentaba la preocupación por parte de esa clase dominante de esa región y sentían que sus ideas respecto a Dios estaban siendo sustituidas a la velocidad del rayo, y que podía colocar en situación de peligro el poder político que ellos manejaban, y en declinación la idolatría por las cosas del imperio romano.
Con el milagro de la cura del ciego de nacimiento, comenzó el sanedrín (máxima autoridad judicial y administrativa en Judea para esos tiempos) a reunirse y a dilucidar la forma de como aniquilar y quitar del camino a Jesús, y promovieron una serie de celadas entretejidas para inducirlo a cometer cualquier acto contrario a la ley y así sancionarlo en consecuencia, y fue así como los fariseos le preguntaban interrumpiendo su actividad apostólica sobre la legitimidad del pago al tributo al Cesar, entre otras del que Jesús con sus sabias respuestas impidió caer en la trampa, el odio de los judíos contra Jesús siguió en aumento, hasta calificarlo de un peligro público, se reúne nuevamente el sanedrín para buscar otra forma para liquidar la práctica de su doctrina, sanedrín que estaba conformada por 31 miembros, 29 en contra de Jesús, menos 2, Nicodemo y José de Arimatea, en esa reunión lo declararon falso profeta y digno de ser juzgado de anatema y muerte, los dos a favor de Jesús poco defendieron su causa, propuesta que resultó al final aprobada.
El detonante fue la resurrección de Lázaro, que se verificó en Betania, pueblo distante a 3 kilómetros de Jerusalén, por intercesión de Martha y María, la noticia del monumental milagro se difundió rápidamente por toda Judea, casi todos los habitantes de la región buscaban a Jesús para conocerlo, identificarlo, oír su prédica, y el que tuviera la dicha, ser tocado con sus manos santas, o tocar cualquier parte de su cuerpo, fue tan importante el milagro que Betania desde el mismo instante de la resurrección de Lázaro, se convirtió en lugar de un vasto peregrinajes de curiosos que iban a localizar a Lázaro para indagar todo lo concerniente al milagro y hoy en día no ha dejado de ser lugar de peregrinación.
Volvió a reunirse el sanedrín, para escoger el remedio decisivo para acabar con Jesús, sicariarlo, lo sintieron en el momento como inconveniente, en razón a la multitud de simpatizantes que seguían a Jesús, y temían que se formaran sublevaciones graves que pusieran en riesgo la vida de los mismos integrantes del sanedrín, pues ya Jesús y algunos de sus apóstoles sospechaban de lo que se proponía esta autoridad judicial.
Caifás, jefe supremo del sanedrín concibió la idea de que muriera, que era preferible que un solo hombre muriera por el pueblo y no pereciera toda una nación, y fue cuando idearon comprar a uno de sus apóstoles como lo fue Judas, para informarse de los sitios que más frecuentaba y para donde podía ir, y darle captura por el inventado delito de sedición y blasfemia.
Y fue así como el 6 de abril del año 787 de roma, correspondiente al 14 Niza del calendario judío, el nazareno es sorprendido en el huerto de Getsemaní, atado y conducido entre destellos de antorchas y faroles a la casa de Hanán, sumo sacerdote encargado y suegro de Caifás, según la ley judía tenían que judicializar a una persona en la sede del sanedrín y no en una casa particular como lo hicieron, premeditan ahí, presentarlo a Pilatos para que lo sentenciara a muerte como reo de sedición y el otro delito de blasfemia, y si Pilatos vacilara ya tenían preparada a una multitud Jerosolimitana, interesada en hacer presión sobre representantes de roma, Jesús es presentado a Pilatos, dúctil de temperamento y servil de nacimiento, el cargo de procurador de Judea, fue la compensación buscada con sus nupcias con Claudia Prócula, sobrina de Augusto, Pilatos vio en Jesús un hombre exaltado, no peligroso, no justificaba, según su percepción, condenarlo a muerte, lo declaró inocente, con estas palabras “NO VEO CULPA EN ESTE HOMBRE”, luego de proclamar la inocencia de Jesús, lo que debió hacer Pilatos fue retirarse de la bima (lugar donde se juzgaban a los reos), y cerrar el proceso porque ya estaba concluido, pero, por la ductilidad del temperamento de Pilatos le siguió el juego al sanedrín, y del cual sentía Pilatos profundo desprecio, y entró en acción la multitud, a vociferar que condenaran a Jesús, entre los gritos, hubo una palabra que golpeó al procurador romano, JESÚS ES GALILEO, intentando de solucionar el problema, y trasladar cualquier decisión respecto a Jesús a otra autoridad, ordenó que presentaran a Jesús a donde Herodes Antipas, tetrarca de Galilea (autoridad judicial de Galilea) por ser de Galilea Jesús, opinaba que estaba sujeto a esa jurisdicción, Herodes se lo devuelve vistiéndolo con una veste blanca (así vestían en época a los locos), al regresar Jesús, Pilatos reúne de nuevo al sanedrín y propone un castigo diferente a la pena capital, para dejarlo libre, que es rechazada rotundamente por el sanedrín (San Lucas, es el único evangelista que habla del envió de Jesús a Herodes), Pilatos insiste en otorgarle libertad a Jesús y recurre a un último recurso (in extremis), Calculando equivocadamente que como Jesús fue recibido días antes en Jerusalén triunfante con hosannas, y era tiempo de la pascua, en la que existían costumbre liberar de la prisión al detenido que indicara el pueblo, le manda a quitar la veste blanca y lo hace vestir con mantos purpuras, lo corona de espinas y lo presentó a la multitud, ¡Ecce homo!, esperando que sus palabras supuestamente conmovedoras impactaran el alma de los presentes y solicitaran la condena de Barrabas, reo de homicidio y pidieran libertad a Jesús, no fue así, porque los que dieron bienvenida a Jesús en Jerusalén días antes, no eran los mismos que estaban reunidos pidiendo la condena de muerte del mesías, Pilatos fue víctima del miedo cuando la muchedumbre lo amenaza al gritarle con vehemencia, “si liberas a este, no serás amigo del Cesar”, mientras se lavaba las manos decía en voz alta “yo soy inocente de la sangre de este justo, haya ustedes, pensadlo”, a las 3 horas siguientes, sobre el Gólgota el redentor, clavado en la cruz reclinaba la cabeza y moría.
Se debe saber que el sanedrín, no podía condenar por delitos graves, que tuvieran pena de muerte, ello le correspondía sólo al representante de roma, en este infame caso, a Pilatos.
Nota: Artículo tomado en base a la famosa conferencia del jurista italiano Antonio Quartulli, “PERFIL JUDICIAL DE LA TRAJEDIA DE JESUS DE NAZARETH”