
La primacía del neoli-beralismo como mo-delo económico en Europa y su funcionamiento en América Latina ha afectado a las poblaciones desde los estratos medios hasta abajo por las carencias e impotencias ante la falta de ingresos, capitales y réditos, estas poblaciones solo tienen ingresos de subsistencia, y los de peor situación, recursos míseros, otros en la pauperización o en la indigencia.
Entonces los segmentos de población desamparados nada encuentran en el funcionamiento de la Democracia formal que sostiene el sistema con la marcha de las instituciones; todo este entramado se convierte en un vivero donde afloran populistas de derecha y populistas de izquierda, se presentan como redentores para salvar de esa situación a las inmensas capas de población afectadas por el neoliberalismo que ha astillado la Democracia formal.
Los populistas surgen para increpar a los partidos y tratar de hace reformas al aparato del Estado incapaz de satisfacer las demandas de clases y sectores sociales.
El neoliberalismo pasó a ser el desbaratador de la Democracia. Los votantes reflexionan y se apartan de los partidos políticos que no les resuelven los problemas o sus demandas.
Estos miles de personas son los votos cautivos de los populistas.
El investigador francés Ranciere, en su libro “El desacuerdo, política y filosofía”, define al pueblo como un sujeto político que se ubica en una brecha.
De un lado pueblo como un todo de la comunidad, por ejemplo, el pueblo argentino, y de otro lado, una parte de la comunidad, la marginal, los miserables.
Por eso toda comunidad política nacional, es una comunidad escindida. De esta forma se pretende descalificar a los populistas. Y esto no es cierto presentado de esa manera esquemática.
Por eso hay que evaluar las diferentes formas del populismo.