La copa se llenó, el tumor hizo metástasis y como consecuencia lógica quedo al descubierto la crisis de la educación pública prácticamente en todas sus escalas, pero mayormente afectada en la educación superior.
La protesta pacífica de hoy en las principales ciudades del país, es una clara muestra de eso, que la educación pública entro en crisis y que si el gobierno no replantea su apoyo, serán muchas las universidades que deban cerrar sus puertas.
Es absurdo pero es una realidad que Colombia es una nación en donde sus gobiernos –de manera ilógica- en los últimos cincuenta años han invertido más recursos en financiar la guerra que en la educación de sus habitantes.
El problema es de vieja data, la cenicienta del pase en materia de inversión ha sido la educación, cuando paradójicamente debería ser el sector en donde el Estado hiciera su mayor aporte.
Muchas de las universidades públicas están a punto de cerrar pues como lo manifiestan sus rectores, no hay recursos para su funcionamiento el próximo año, es decir no hay plata para pagarles a los profesores.
Las cifras demuestran que el acceso a la universidad pública es el más solicitado por los colombianos que quieren ser profesionales, teniendo en cuenta los altos costos de la universidad privada.
Como simple ejemplo y para demostrar por qué la universidad privada debe ser fortalecida, hay que tener en cuenta que más del 80% de los colombinos pertenecen a los estratos medios-bajos, el 15 % al estrato medio y solo el 5% a los estratos altos.
Si a lo anterior le agregamos como ejemplo que un semestre de una carrera profesional como medicina en una universidad privada el semestre puede valer más de 15 millones de pesos –cifra astronómica para una familia de estrato bajo- y en la universidad pública no supera los 3 millones, entonces entenderemos por qué hay que fortalecer la universidad pública.
Son 32 universidades públicas las que harán parte de esta protesta. Es una obligación del gobierno nacional el fortalecimiento de la educación pública y la ampliación del acceso a la misma.
Por eso, la marcha de hoy debe ser un campanazo de alerta para el gobierno nacional porque si de algo no se puede dar el lujo este país, es de seguir pensando más en la guerra que en la educación.