Las cifras sobre la contaminación por uso del plástico hablan por sí solas: Se calcula que, si no se detiene la producción y el uso indiscriminado de elementos plásticos, en especial los de un solo uso, conocidos como desechables, en el año 2050 habrá 12.000 millones de toneladas de basura plástica en el ambiente.
Durante la última década los humanos han producido más plástico que en toda la historia, del cual solo el 9% ha sido reciclado, el 12% incinerado y el 79% (unas 6.300 toneladas) ha terminado acumulado en vertederos o en entornos naturales.
Por eso es tan importante la decisión que tomó el Senado de la República al prohibir el uso de plástico no reciclable en la isla de San Andrés, pues los océanos están cada vez más llenos de desechos de este material, lo que está causando gran afectación a los ecosistemas marinos.
Esta decisión representa un gran avance en el propósito de reducir la contaminación por plástico, pero ante la magnitud del problema resulta insuficiente, por lo que se requieren más acciones encaminadas a acabar con el uso de materiales no reutilizables.
En ese sentido, además de aplicar en todo el país la misma prohibición que se acaba de aprobar para San Andrés, es necesario que se adopten políticas encaminadas a desestimular el uso del plástico en general, como mayores impuestos para estos materiales, la obligatoriedad del reciclaje y, sobre todo, pedagogía para formar ciudadanos ambientalmente responsables.
La sostenibilidad del medio ambiente es un desafío enorme, a esta generación le corresponde frenar el deterioro del planeta, o el mundo que recibirá su descendencia será uno donde los recursos naturales sean limitados. El reto es frenar la contaminación.