Miedo, sí, un alto grado de miedo y pánico se vienen apoderando de todos los magangueleños que ven como día a día crece más la inseguridad en nuestra ciudad que parece – y no sería exagerado decirlo- fue tomada por la delincuencia común.
Aquella Magangué tranquila y pacifica que vivimos hasta hace algunos años, parece que será parte de la historia, de una historia que nos orgullecíamos y que hoy lamentamos haberla perdido y nos queda solo el recuerdo de cuando a altas horas de la noche podíamos caminar tranquilos por cualquier sitio de la ciudad.
La inseguridad es tal que ayer a tempranas horas cuando el sol apenas asomaba en el horizonte, un mototaxista fue abordado por dos individuos a la altura del barrio Simón Bolívar, que arma de fuego en mano le robaron la moto.
¿Pero porque y como llegamos a este grado de inseguridad?
Hay varios factores que sería interesante analizar de manera independiente pero que sin lugar a dudas cada uno de ellos nos llevó a vivir esta situación.
El primero de ellos sin lugar a dudas es la falta de un adecuado pie de fuerza por parte de la policía nacional, que le permita vigilancia constante total en los diferentes sitios de la ciudad; la policía hace su trabajo de eso no hay la menor duda, pero no cuenta con el número suficiente de efectivos para desarrollarlo de una mejor manera y con más efectividad teniendo en cuenta que Magangué tiene más de ciento cincuenta mil habitantes.
El segundo seria tener en cuenta que nuestro municipio no se destaca precisamente por ser una fuente generadora de empleo habida cuenta que no cuenta con las empresas necesarias para ello, Aquí y sin temor a equivocarnos, casi el setenta por ciento de la población activamente laboral se dedica al llamado rebusque.
Pero el rebusque no alcanza para todo el mundo y es ahí en donde por darle solución a las cosas se conformas estas bandas criminales de asaltantes, es de aclarar que en no es en todos los casos teniendo en cuenta hay bandas especializadas dedicadas al hurto.
El tercer punto a tener en cuenta es alto nivel de población desplaza que alberga el municipio producto del desplazamiento y ahora el gran número de venezolanos que se están asentados en el casco urbano local. En estos dos focos poblacionales se han infiltrado delincuentes que están haciendo de las suyas, pues la gran mayoría de esas poblaciones son gente de bien.
El problema es delicado y ya desde el año anterior el propio alcalde encendió las alarmas y si bien se han hecho algunas acciones, la situación no mejora.
Que nos queda entonces? Resignación no. Reclamar el cumplimiento efectivo de políticas de Estado consagradas en nuestra constitución, esa es la vía.