En medio de un alud de informaciones a favor y en contra, ampliamente difundidas a través de las redes sociales, el país está a pocos minutos del paro nacional convocado por las centrales obreras para hoy 21 de noviembre.
Se trata de un movimiento de protesta que inquieta sobremanera a regiones afectadas por la presencia de grupos armados al margen de la ley, los que seguramente buscarán aprovechar esta jornada para intentar acciones tendientes a desestabilizar el orden público.
En ese sentido, tanto en esas regiones como en el resto del país, se teme por la infiltración en las marchas de ciudadanos extranjeros con la misión provocar actos de saboteo y desórdenes y de esta manera generar episodios de caos.
Respecto a estas inquietantes expectativas, debemos destacar que Colombia es un país democrático por excelencia y por ello, todos tenemos el pleno derecho a expresar nuestros puntos de vista y rechazo a hechos considerados como negativos para las comunidades.
De allí el llamado que hoy hacemos para que esta marcha se enmarque en un ambiente pacífico y no haya lugar a la violencia y el vandalismo que suelen caracterizar esta clase de manifestaciones. Sí bien es cierto hay descontento por algunas iniciativas del presidente de la República, Iván Duque, consideramos que esto no debe ser motivo para generar desórdenes y amotinamientos, como se teme se puedan registrar en varias regiones de la Nación.
En Cartagena, Barranquilla, Cali, Medellín, Pasto, Bogotá, en fin en las principales ciudades colombianas es evidente la intención de participar de manera masiva en esta protesta por parte de los diferentes sectores sociales.
Ello, reiteramos, está enmarcado en nuestra democracia, por lo que hoy, los colombianos podrán volcarse a las calles a protestar por las disposiciones del Gobierno Nacional, consideradas como lesivas para el país, lo que originó el llamado a la protesta de las principales centrales obreras del país.
Se trata de una marcha, cuya bandera es la defensa de la vida y la paz, ante lo que se considera un resurgimiento de la violencia en Colombia, luego del acuerdo firmado en el 2016, entre el Gobierno Nacional y la entonces, guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Farc.
La protección de la vida y el luchar por una paz que nos ha sido esquiva durante tantos años, consideramos que son unos propósitos que le dan valor y fuerza a la marcha de hoy jueves 21 de Noviembre. Por ello, consideramos cualquier tipo de violencia o alteración del orden público estaría fuera de lugar y sobre el particular, compartimos la declaración del presidente de la República, Iván Duque quien hizo énfasis en que Colombia es un país que reconoce el derecho constitucional a la protesta pacífica, “pero también tenemos un Estado de Derecho que tiene que ser siempre implacable con quienes quieran apelar a la violencia o a la transgresión de la ley.”
El asesinato de líderes sociales, así como el recrudecimiento del narcotráfico en algunas zonas, los asesinatos de indígenas en el departamento del Cauca y las muertes violentas de 158 miembros del partido Farc, desde la firma del Acuerdo de paz con el Gobierno Nacional, hacen parte de los móviles de la protesta. Son puntos importantes que en efecto ameritan rechazo pero hoy no se debe expresar mediante el lenguaje de la violencia.