Mucho ruido se ha hecho a nivel nacional con la información publicada el fin de semana anterior por el periódico New york Time, en el que insinúa, no señala, que eventualmente por una directriz del comandante de nuestro Ejército, estarían regresando los falsos positivos que tanto daño je hicieron a la historia de nuestro país.
Si bien es cierto y así lo demuestran las cifras no hay evidencias que esto haya sido un hecho concreto, si es bueno que por parte del gobierno se tome el hecho como una voz de alerta de algo que podría suceder por falta de interpretación de las unidades militares.
La Fuerza Pública de Colombia que la que componen las Fuerzas Militares: Ejército Nacional, Fuerza Aérea y Armada Nacional, por un lado; y por el otro la Policía Nacional, definida constitucionalmente como cuerpo armado de naturaleza civil, tienen el reto de contener la acción criminal proveniente de múltiples frentes, pero a la vez, cumplir con su misión de modo que no atente contra los derechos de la población que precisamente es víctima de esa criminalidad.
Creemos que nuestros militares deben tener –y creemos que así es- un gran entrenamiento en la parte operativa, en lo ético, lo jurídico y el conocimiento profundo de las normas en la parte constitucional.
Es por eso que las normas que se les entreguen a los comandantes de las diferentes bases deben ser muy claras y explicitas, que al momento de ser analizadas no dejen ningún tipo de duda de que es lo que se les está pidiendo.
Esto fue lo que paso con la famosa “directriz” del comandante del Ejército que ha generado este malestar, no solo a nivel local sino en el ámbito internacional y no solo por los medios de comunicación sino por parte de organizaciones protectoras de los derechos humanos preocupadas del tema.
Las órdenes o instrucciones que se le imparta a la tropa o los comandantes deben ser; no solo claras, precisas y directas, sino que no contengan resquicios por donde puedan caber interpretaciones que en algún momento dado se aparten de lo que ordenan la Constitución y las leyes.
La misión de nuestras fuerza militares es la de combatir a las organizaciones criminales que no tienen reglas para cometer sus delitos y viola sistemáticamente nuestro ordenamiento jurídico y así debe seguir siendo, pero sin caer en el quebrantamiento de las normas para cumplir con los objetivos de brindar la seguridad a todos los colombianos.
Es por eso que hay que hacer claridad sobre las informaciones publicadas, pues lo que menos quieren los colombianos es volver al pasado.