Infección en el Ejército

Lo que faltaba en nuestro país, somos sorprendida por otro escándalo de descomposición y corrupción que se ha dado presuntamente al interior del Ejército Colombiano. La Fiscalía General de la República, ordenó la captura de 12 miembros activos de esta institución, para que respondan ante la justicia por presuntos hechos de corrupción cometidos en el cumplimiento de sus labores. Se les acusa de falsificar documentos públicos, para tramitar ascensos, cambios de unidades militares, exigiendo como contribuciones monetarias que oscilaban entre 4 y 6 millones de pesos.
Este accionar de infección dentro del ejército, se descubrió gracias a los seguimientos que adelantaban al interior de la institución, porque se estaban realizando nombramientos fraudulentos en algunas unidades militares como la justicia penal militar, comunicaciones, fuerzas especiales, artillería, aviación, y talento humano, entre otras especialidades.
OTRO caso MÁS que se suman a los grandes escándalos de corrupción que se han venido presentando en el país, durante los últimos años, que han permeado de manera negativa la imagen institucional a nivel mundial y han puesto en la picota pública a las altas esferas del Estado, que son denunciados frecuentemente por los medios de comunicación. En todos los ambientes de la opinión pública, se empieza a presentar un rechazo general por los innumerables casos de corrupción que se están presentando en la “amada” Colombia.
Ya los colombianos perdimos la confianza y credibilidad, en todas las esferas se están dando casos de casos, no se tiene confianza del accionar gubernamental para contrarrestar la corrupción administrativa. Existe un escepticismo, dados los ejemplos anteriores de los hechos acaecidos en el sector oficial.
Aquí no se cree en nadie, ahora el escepticismo del poder público empieza a ser metástasis en la mente de los colombianos por estas circunstancias. Pero se ha venido incrementando la sospecha de los ciudadanos en el manejo del erario, que ha permeado todo el accionar estatal. Lo que, si es claro, es que dentro del aparato estatal no puede haber manzanas podridas. Para ello deben existir cero tolerancias en las prácticas, que ponen en riesgo los recursos públicos y el buen nombre de una institución que se caracteriza por su profesionalismo y el respeto de los derechos humanos de sus integrantes. Sus operaciones militares están orientadas a defender la soberanía, la independencia, la integridad territorial y proteger a la población civil y los recursos privados y estatales para contribuir a generar un ambiente de paz, seguridad y desarrollo.