La Corte: Droga y Alcohol
Sorprendente, asombroso e inesperado, inconveniente y preocupante el fallo de la Corte Constitucional que determina la prohibición para consumir alcohol y sustancias psicoactivas en sitios públicos. Dijo que no era “necesaria, idónea, ni razonable”. En teoría, lo que busca es respetar los derechos de quienes consumen y también garantizar la tranquilidad de los demás. ¿Sera eso cierto?
Cómo podemos combatir desde la educación y la familia flagelos tan grandes, cuando la Corte, que debería salvaguardar los ideales morales, éticos y humanos que como sociedad perseguimos, da vía libre a los indecentes y sin valores, la virtud de seguir consumiendo. ¿Cómo podemos educar para llevar una vida sana, ordenada, carente de adicciones; si estamos mostrando múltiples formas de vicio, desorden y esclavitud? ¿De qué forma defender el amor propio, el autocontrol y la vida saludable, cuando además de la carga que están enviando los medios de comunicación; validamos el consumo en todos los lugares?
Existen tres elementos que deben analizarse, pues la decisión —que ha despertado tantas reacciones— es solamente la punta del iceberg. El primero, tiene que ver con la libertad —expresión de la autonomía—. Sería oportuno que la Corte responda cuál es el concepto filosófico que tiene, pues ser libre es más profundo y complejo que hacer lo que se elija —cualquier cosa— en todo lugar. Tiene que ver con la capacidad de auto – reconocerse, tomar decisiones y asumir con entereza sus consecuencias.
El segundo es la concepción de desarrollo, que debe llevar a una idea de evolución y avance. Es difícil comprender cómo el ejercicio público de conductas que autolesionan, deterioran la salud y la cordura, menoscaban la voluntad e irritan aspectos negativos del carácter, puede entenderse como tal.
El tercero es el contenido y alcance de la personalidad, que no puede desprenderse de la esencia social de lo humano, que conlleva restricciones o por lo menos directrices mínimas necesarias para convivir.
La peor fue, de que sí se pueden consumir bebidas alcohólicas y drogas en espacios públicos y parques. Declararon inconstitucional las limitaciones consagradas en el Código de Policía para el consumo de “sustancias alcohólicas, psicoactivas o prohibidas” en “el espacio público, lugares abiertos al público, o que siendo privados trasciendan a lo público”. Esta evidencia pone en riesgo la tranquilidad de los ciudadanos además del mal ejemplo para los menores y adolescente que se encuentran en etapa de formación. Estamos en una sociedad donde a diario vivimos muchos casos de homicidio, lesiones personales y todo tipo de actos de violencia en los espacios públicos de personas en estado de alicoramiento y consumo de drogas.
¡Hasta cuándo en nombre de las razones ‘correctas’ se seguirán tomando las decisiones incorrectas! Hoy me pregunto al igual de los casi el 100% de los colombianos, que está pasando con nuestras Cortes? ¿Qué confiabilidad tienen hoy? Si con este último fallo los magistrados prefirieron defender a los consumidores, y de paso al negocio de quienes venden sustancias alucinógenas y bebidas alcohólicas, sin pensar en nuestros niños y jóvenes que ya se volvieron el blanco de los jíbaros, que hoy se excusan de que solo cargan la dosis personal. El narcotráfico es el peor de los canceres al igual que la corrupción, que siempre ha aquejado al país. Además del estigma, que no nos hemos podido quitar y ha causado el señalamiento ante la comunidad mundial.