Las recientes declaraciones del Presidente de Veedurías Ciudadanas de Colombia, Pablo Bustos, en la que anuncia que son muchos los dirigentes políticos de Bolívar que tendrán que hacer uso del Lomotil – medicamente que controla la diarrea-, parece ser que está surtiendo sus efectos.
En las esquinas, parques y corrillos políticos, el tema es candente y no es raro escuchar a su interior que, “este, aquel o aquellos”, están muy preocupados por aparecer en esas listas de beneficiarios para financiar sus campañas.
Pero la verdad, ese era un secreto a voces. Todo el mundo sabía que X o Y persona, grupo o movimiento político había hecho uso de algún canal de financiación de campañas políticas.
Lo que ahora sale a la palestra pública y que hace público el veedor, es el hecho de que muchos de esos “políticos” que utilizaron los recursos en sus campañas y ante la andanada de la justicia contra la familia Alfonso López, se hicieron los de la vista “gorda” y no pagaron los prestamos y antes por el contrario se volvieron en su contra.
Y es ahí donde cobra vigencia el uso del medicamento Lomotil, porque son muchos los que tras bambalinas están muy pero muy preocupados de que su nombre se haga público ante los medios de comunicación y lógicamente ante la JEP.
Los Alfonso López, no han señalado aún a nadie y ya algunos salieron a defenderse diciendo que nunca solicitaron recursos para adelantar sus campañas proselitistas en años anteriores.
Otros por el contrario, muestran su tranquilidad y pregonan a los cuatro vientos que no hacen parte de la lista.
Lo realmente cierto es que si hay mucho temor en la clase dirigente política no solo de Bolívar, sino de Sucre, Atlántico y el Magdalena, porque son muchos los que están incursos en estas largas listas.
Ahora una cosa si cierta, que más de uno aquí, en Bolívar y otros departamentos de la costa, hay preocupación por la prendida de este ventilador, que de hacerse, salpicaría a más de uno que hoy posa de político impoluto y sin mancha.
De ahí que si es cierto el incremento de la venta de Lomotil, aunque el que no la debe, no tiene porque temer.