No cabe duda que hoy en día los debates de opinión se están es formando es por las redes sociales, algo que hasta hace algunos años era impensable o inimaginable, pero hoy es una realidad.
Las redes se volvieron un punto de libre expresión, algo que no era muy usual antes de su existencia –no solo en nuestro país sino a nivel mundial- y que ahora pretende ser regulado en nuestro país, olvidándose del principio constitucional de la libertada de expresión.
Causa preocupación, que ahora se quieran utilizar mecanismos regulatorios autoritarios para lidiar con un problema el cual y sin lugar a dudas, solo puede enfrentarse a partir de la educación y el control social.
Todo comenzó porque tres ciudadanos interpusieron una tutela ante la Corte Constitucional al sentirse que fueron calumniadas e injuriadas a través de las redes sociales.
Si bien la Corte – y ese es nuestro pensamiento- debe ocuparse del tema lo cierto es que este tema no puede servir para introducir normas que regulen la libertad de pensamiento de la comunidad en general.
Es muy seguro que algunas personas utilicen las redes para injuriar y calumniar, pero la tutela no es el mecanismo expedito para buscar justicia teniendo en cuenta que este delio ya está tipificado en el código penal.
El problema ha sido que la Fiscalía no ha podido actuar con suficiente eficiencia en estos casos. La solución, entonces, no está en nuevas regulaciones.
El problema con esa iniciativa es que trasladaría los debates sobre libertad de expresión: los jueces colombianos ya no tendrían la potestad de evaluar si un contenido es calumnioso, sino que eso lo haría alguien designado por empresas extranjeras como google o Facebook a quien si se regula la expresión, serían las encargadas de evaluar que contenidos son injuriosos o calumniosos.
Las redes sociales son verdaderos medios de comunicación, pues es la vía que tienen a nivel mundial muchas personas, no solo para opinar sino para comunicarse con sus familiares y amigos. Es errado, entonces, considerar que las redes sociales no son medios de comunicación.
La verdadera democracia llegó con la aparición del internet, pues permitió que cualquiera de nosotros pudiera expresar sus ideas, eso sí con responsabilidad y conservando el respeto por sus semejantes.
La regulación vía ley no es democracia, es autoritarismo.