
Desde tiempos inmemoriales la industria viene utilizando para la elaboración de tejas para viviendas; pastillas y bandas para frenos de vehículos, materiales elaborados con fibras de silicatos minerales, como el crisólito, la grunerita, la antofilita, la crocidolita y la tremolita, que son las distintas clases de asbesto blanco, pardo y azul, cuya utilización en las fábricas, quedan suspendidas en el aire y que sus operarios las respiran, llegando al aparato respiratorio, originando cáncer de pulmones.
Las empresas que utilicen asbesto están obligadas a cumplir con las recomendaciones de higiene y salud, con el Comité de Seguridad Laboral, aplicando el Internacional Convenio de 1986, que detalla las normas a tener en cuenta en estas industrias, para velar por el bienestar de sus trabajadores.
En igual forma las autoridades de sanidad competentes deben realizar visitas periódicas a estas factorías, supervisando mediante controles técnicos y métodos de trabajo, que garanticen la aplicación de las normas mínimas por sus propietarios, directivos y operarios de las distintas maquinarias, que tienen que ver con el manipuleo correcto de las distintas clases de asbesto que se estén utilizando.
Emitirán informes escritos y firmados: Indicando el tipo y cantidad de asbesto utilizado, los procesos realizados, productos elaborados, número de trabajadores expuestos a su uso y manipuleo, las medidas de protección y prevención de acuerdo a la Resolución 007 del 2011 del Ministerio de Salud y Protección Social. Subrayarán las falencias que se estén presentando y dar a conocer las recomendaciones a aplicar de inmediato y sin demoras, para evitar problemas de salud a corto tiempo.
Con base a lo anterior, han sido muchos los casos de operarios de fábricas de reconocidas marcas nacionales, que luego de haberse jubilado, al poco tiempo presentaron síntomas graves en su salud e integridad física, porque el asbesto les causó cáncer en su sistema respiratorio, muchos de ellos fueron perdiendo en sus pulmones la capacidad de almacenar oxígeno, que al poco tiempo les produjo la muerte.
Se ha comprobado que estos trabajadores jamás recibieron cursos de capacitación previos, en donde se los instruya sobre el peligro de no utilizar máscaras dotadas de filtros y equipos especiales, que impidan el acceso de asbesto, a sus cavidades nasales de este peligroso enemigo de su salud, que muchas veces se vio agravado, debido a que muchos trabajadores tuvieron la mala costumbre de fumar, taponándoles más y más sus vías respiratorias.
Muchos son los casos en donde estos trabajadores trabajan por encima de la jornada laboral diaria, no gozan de seguridad social en salud y pensiones, porque los contrataron a destajo o por obra, pero jamás se los vinculo a la nómina oficial, quedando desamparados de por vida. Este es uno de los derechos más sagrados que debemos reclamar en Colombia, para combatir la pésima costumbre de contratar mano de obra barata, muchas veces por debajo del salario mínimo.
Que ojalá estas recomendaciones sirvan para que los propietarios de las industrias, se curen en salud, de posibles demandas ante los estrados judiciales, porque de por medio está la vida de sus operarios, esposas e hijos.