La primera:
En un país en donde anualmente los políticos ladrones de cuello blanco provenientes de la clase política colombiana –porque si se mira quienes son no se encuentran personas diferentes a gente de la política- se roban en promedio 9 billones de pesos al año de los recursos del erario como lo demostró un estudio reciente de la universidad de los Andes, resulta paradójico, ilógico y hasta causa risa, la propuesta del presidente Duque de agregar un reglón en el formulario de declaración para aquellos colombianos que de sus propios recursos quieran aportar para ayudar a las universidades.
Muy seguramente casi nadie o nadie de los colombianos del común, cumplirán con ese acto patriótico de ayudar a financiar la educación superior en nuestro país.
Y no porque el acto no lo amerite y no sea algo loable en la construcción del futuro de nuestro país, lo que pasa es que más de uno lo piensa antes de aportar a esta noble causa ante los altos niveles de corrupción de la dirigencia de nuestra nación.
Es triste reconocerlo, pero es una gran realidad. El mayor problema que afecta nuestra nación son los altos niveles de corrupción en las entidades públicas y nadie va aportar recursos que muy seguramente no llegaran a ese objetivo final.
La segunda:
A lo largo de la historia los colombianos conocimos la canasta familiar, como el grupo de alimentos que hacían parte de la base alimentaria de los hogares.
Más de ochenta alimentos hacen parte de la canasta familiar y han sido protegidos de los impuestos a lo largo de los años y han estado exentos de los impuestos.
Todo esto porque ahora apareció una nueva definición de la base alimentaria de los colombianos lanzada por el gobierno y que se denomina la Canasta esencial.
Y el término apareció porque como la propuesta del gobierno de grabar los alimentos de la canasta familiar fue derrotada de manera estruendosa, ahora se planea excluir de ese gravamen solo a los alimentos de la canasta esencial.
Nadie sabe –o por lo menos lo han hecho público- cuáles son los alimentos de la canasta esencial que plantea el gobierno.
Porque si algo hay claro es que ni el caviar, ni la langosta, ni queso gruye, solo por mencionar algunos de los alimentos suntuosos, hacen parte de la canasta familiar ni están al alcance de la gran mayoría de colombianos.