Desde su lecho de enferma Enilse López Romero víctima del Afán amarillista de Caracol Televisión.
“El periodismo no es un circo para exhibirse, sino un lugar para pensar, para crear, para ayudar al hombre en su eterno combate por una vida más digna y menos injusta”: Tomás Eloy Martínez
El pensamiento del laureado periodista y escritor argentino Tomás Eloy Martínez cae como anillo al analizar la forma cruel, antiética y poco profesional como el canal Caracol intenta convertir en “periodismo” un refrito más que tiene que ver con la empresaria del chance Enilse López Romero.
Caracol televisión, al utilizar un espacio triple A y todo el engranaje de su espacio periodístico “Los Informantes”, desnudan ante el país un insano apetito amarillista, antiético y poco humano, al presentar como “La Gata Bandida” a un ser humano que lucha desde su lecho de enferma para lavar su imagen mancillada por la manipulación política de ciertos medios de comunicación.
Caracol Televisión en un desmedido afán por mantener expectante a una teleaudiencia dopada y desprotegida ante un periodismo dañino, que desconoce los más elementales derechos de los conciudadanos nacionales, tomó documentos de archivo derivados de la extensa batalla que libra contra la clase política de la empresaria Enilse López Romero, y los recicló, para revictimizar a esa familia y volver a escandalizar a un país que nunca ha conocido “una verdad” distinta a la que publicita este medio.
No es cierto, y no hay documentos que lo prueben, que la empresaria Enilse López Romero se haya reunido con paramilitares para “fraguar delitos”. Está inserto en autos jurídicos, que la empresaria López Romero visitó la casa de la parlamentaria Eleonora Pinedo, acompañada por delegados de la iglesia para pedir que no la mataran a ella y a su familia porque estaba siendo objeto de extorsión por parte de las autodefensas.
A esa reunión, asistieron los líderes políticos más importantes de la Costa Atlántica colombiana, pero sólo a ella le cargan las cuentas del hecho. Reconoce, entre los asistentes, a varios de los caciques politiqueros que ahora pretenden enlodar su nombre. Por eso, ella sostiene –en medio de sus deseos de sobrevivir a sus 27 patologías clínicas- que su lucha es política…no jurídica.
El “equipo periodístico” de Caracol, se ensaña con sevicia contra una niña, que “cometió el pecado” de mostrar su corazón y organizó una fundación para ayudar a los niños pobres de la Costa.
Este engendro periodístico califica como “delito” que Wendy Vanessa, una de las hijas de Enilse López, haya sido una niña amada y ganara por su enorme simpatía y talento varios reinados de belleza. El veneno destilado por “la periodista” desconoce los derechos de los niños y lleva al plano judicial los logros de Wendy Vanessa, sólo por tratar de hacer daño a la empresaria que hoy está postrada en una cama.
Tomaron las declaraciones de buena fe del abogado de la empresaria y asumieron como “verdades” situaciones que no son ciertas. No es cierto que la familia de la empresaria del chance tuviese un “ejercito” para su protección.
“El negocio del chance genera mucho dinero en efectivo y los escoltas estaban ahí para proteger ese dinero. A la familia la protegía la Policía, el DAS, y los cuerpos de seguridad del Estado, por haber sido codificada como objetivo militar por parte de la delincuencia organizada de Colombia”, reza en los expedientes judiciales.
Los “periodistas” no se tomaron el trabajo de consultar fuentes que manejan la verdad familiar de la empresaria. No se dieron por enterados que el único crimen por el que fue condenada la empresaria fue ejecutado por las Farc. Fue una orden del líder guerrillero Martín Caballero.
No solamente mintieron al hundir a la señora López Romero en el fango de situaciones jurídicas que no han sido probadas en juicio, sino que pretendieron mostrar ante el país, a las muchachas del servicio y vendedoras de tintos, como miembros de una sociedad sin clase. Como gente sin derechos.
“De muchacha del servicio y vendedora de tintos a reina del poder del chance en Colombia”, titularon, sin haberse tomado el trabajo de investigar el origen laborioso y emprendedor de los padres de la empresaria, quienes fueron ganaderos y cultivadores de arroz, ampliamente reconocidos en la Costa y el país.
Ojalá “la periodista” se tomara el trabajo de conversar con las muchachas del servicio y vendedoras de tinto que intentó hacer ver como gente sin clase para que descubra mil y una historias de vida que, de seguro, la dejaran impresionada.
Hay alusión a un grupo al que denominaron “La Esperanza” que crearon para pretender hacer ver organizado un plan criminal relacionado con los paramilitares. Tal grupo no aparece en los expedientes abiertos tras la sarta de denuncias contra la familia López Romero.
Hablan de “La Esperanza”, y se refieren a la empresaria como quien lideró una empresa que llegó a tener cinco mil empleados. Mienten al desconocer que las empresas de chance que manejó la empresaria Enilse López Romero, llegó a sostener veinticinco mil familias que crecieron y se fortalecieron a la sombra de una empresa que los premió por su esfuerzo y valoró la entrega de todos y cada uno de ellos. Hoy, nadie habla del presente de esas familias.
A lo largo del embeleco periodístico que hicieron tragar a los televidentes colombianos “la periodista” siempre se refiere a “La Gata”, a la “reina de los
tejados”, apelativos que se pronuncian con rabia, con la acentuación que se impone a alias de los delincuentes de baja ralea.
Hoy es justo que el país sepa, que dentro de los esfuerzos orquestados desde las trincheras de los grupos políticos organizados para hundir a la empresaria del chance, se pagó una millonaria suma de dinero al equipo periodístico del canal Caracol para montar este “informe periodístico”.
Que de periodístico tiene muy poco a juzgar por la forma cruel, antiética e inhumana como siguen haciendo daño a un ser humano que se niega a rendirse hasta ver cristalizados sus bueno bys anhelos de bienestar de doña Enilse como mujer, como madre, como ser humano y como Colombiana.