El año 2018 como todos los anteriores se llevaron, personas y cosas en general, que hacían parte de nuestro entorno, quienes creemos que existe un Dios Todopoderoso, Omnipotente, Omnisciente y ante todo Amoroso, le damos gracias sin protestar de ninguna manera, por lo que nos tocó, de su reparto divino; tanto lo bueno, como lo que de una manera u otra consideramos malo, aquí hay que filosofar con el refranero popular sobre ello; que no hay mal que por bien no venga.
Algunos, Ad Inicio, del periodo institucional del presidente Duque, no hacen nada distinto si no maldecir y lamentarse, ¿por qué el gobernante no ha resuelto, los problemas más agudos que padece la nación?, olvidando nuestra historia reciente y pasada; otros, como el suscrito pacientemente esperamos que los años por venir de este mandato, nos colmen de satisfacciones, en los frentes que más golpean nuestro diario vivir, como son, la seguridad, lo laboral, la salud, la educación, la infraestructura nacional, departamental, municipal y rural; pero que ante todo proyecte y ejecute, una cirugía profunda, en las tres ramas del poder público; la judicial, ejecutiva y legislativa, ojalá a través de una Asamblea Nacional Constituyente o de cualquiera de las otras maneras que contempla nuestra carta magna; la patria no da más espera, ante tantos desafueros que hoy contempla impávida; entre otros, el engaño de que ha sido víctima, con el falso proceso de paz, que sólo lo que hasta hoy nos ha traído es vergüenza nacional e internacional, con una justicia especial para la paz (JEP), liderando la impunidad, con más fuerza que la ordinaria, que se convirtió en una empresa criminal de alto voltaje.
Las casandras petristas, farianas y juanhampistas, se quedaron con los crespos hechos; Duque y su partido Centro Democrático sacaron en tan poco tiempo leyes fundamentales; que estas aves de mal agüero trataron de impedir a toda costa, acostumbradas a la mermelada y al atropello a que los sometió el tirano pokerista, con el ya olvidado por ellas, Fac Trak, que les impedía hacer del congreso lo que hoy volvió a ser; un ente deliberante, sin someternos a lo que pretenden las minorías narcopolíticas; es por ello que las grandes mayorías que acogimos el programa del CD, esperamos la consolidación del gobierno que ayudamos a construir, con la esperanza que este presidente no nos traicione, como lo hizo el narciso y mentiroso Juanhampa.
Si Dios nos da licencia, en el nuevo año seguiremos opinando sobre distintos temas, que conforman nuestra nacionalidad, tanto en el ámbito nacional, departamental, municipal, como internacional; a todos y todas venturoso y próspero año nuevo, infinitos abrazos y muchas bendiciones.