
Las marchas dizque estudiantiles y de padres de familias, por lo que vemos están dirigidas y ejecutadas por una mayoría de mamertos que quieren engatusar a toda la nación con el cuento de que el gobierno Duque gasta más en la guerra, que para el sector educativo. La educación pública en Colombia desafortunadamente como todo lo que maneja el Estado, las mayorías de las veces sucumbe por la corrupción, y el manejo doloso de los recursos correspondientes a cada sector; al presente gobierno le ha tocado recibir una economía en su conjunto debilitada, y un proyecto de presupuesto para el año 2019 bastante desfinanciado, inclusive el de 2018 para lo que resta del año sin plata alguna. Y esto especialmente por haber el anterior gobierno comprometido recursos enormes en la llamada mermelada, que el narciso gobernante entregó tanto a nivel nacional como internacional, alegremente para que se le diera su ensangrentado premio nobel. Además dejó a la nación y por ende al Estado colombiano, encartado con programas que no se pueden ejecutar por lo costoso de los mismos. Por ejemplo, la creación de una nueva jurisdicción de justicia, como es la llamada JEP, con una cantidad de burócratas que de todo pueden tener, menos la investidura de magistrados probos y funcionarios bien preparados para asumir esa clase de responsabilidades; la ampliación del número de parlamentarios en un congreso señalado por la opinión pública, ya que la ciudadanía observa cómo ahí es donde se cocinan los mayores desfalcos al erario público; igual el pago multimillonario a una guerrillerada que como se dice, muchos de ellos han vuelto a las montañas y zonas urbanas a delinquir. Así seguirán diciendo que seguimos en guerra, cuando realmente vivimos fustigados por bandas criminales de todo tipo. Es por ello que aspiramos a que la Seguridad Democrática se imponga, cueste lo que cueste, porque es así como Colombia seguirá creciendo económica, social y políticamente, ante los ojos del mundo y especialmente ante los nuestros, porque de no ser posible, no hay lugar a dudas, que el caos social que los anarquistas pretenden implantar, les será más fácil hacerlo, para someternos a una clase de gobiernos, como los de Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Cuba, espejos diarios para nosotros y demostración de cómo se destruyen las libertades ciudadanas.