¿Cuál será el límite para darse cuenta que hay que cambiar?

Uno comienza a darse cuenta que el país va mal, cuando ve los informes oficiales del crecimiento del desempleo o las objeciones de la ONU -que le dice al gobierno que no está cumpliendo a cabalidad con los acuerdos del proceso de paz- y el presidente Iván Duque, sale a los medios a decir totalmente lo contrario con la evidencia manifiesta de los hechos.
Y es ahí entonces, en donde no queda la menor duda del porqué la aprobación a su gestión de gobierno llega solo al 23% y su desaprobación es del 71%, de acuerdo con los resultados de la encuesta realizada por la firma Gallup Poll.
Los niveles de desaprobación de su gobierno –el de Duque- solo pueden compararse con lo registrados por el ex presidente Juan Manuel Santos en los últimos meses de gobierno cuando ya estaba de salida, a diferencia de este que apenas lleva algo más del 30% por ciento de su gestión.
Y la caída es vertiginosa y se puede decir que sostenida pues al inicio de su mandato registraba una aprobación del 47%, lo que indica que en 18 meses ha perdido el 50% de aprobación a su gestión como mandatario de los colombianos.
A mi manera de ver uno de los principales factores que inciden en esta caída sostenida y vertiginosa de la aprobación de su gobierno, radica esencialmente en ignorar la realidad del país.
Por ejemplo; mientras el DANE informa del crecimiento del desempleo que llegó al 13% en el mes de enero, el presidente insiste de manera sistemática en decir que el país va por buen camino.
Ahora una realidad es que el desempleo realmente no es del 13 % y me atrevería a decir que supera el 20%, pues en las cifras del Dane, no se tabula como desempleado a aquella persona que por no tener oportunidades se dedicó al rebusque, bien como mototaxismo o como vendedor ambulante.
Otro ejemplo de ello es el de la pelea que cazo con la comisión de la ONU verificadora de los acuerdos de paz, que le hizo un llamado a cumplir con lo pactado en el acuerdo. Si bien el gobierno ha cumplido algunas cosas, no es un secreto que en muchas de ellas no lo ha hecho.
El gobierno Duque no puede seguir en la tarea de seguir criticando a aquellos que le dicen la verdad, verdad como la de que en Colombia están asesinando a líderes y gestores sociales y no pasa nada. Al contario es función del gobierno velar por la vida y la integridad de sus opositores.
¿Pero cómo solucionar esto?
A mi manera de ver le llegó la hora al presidente Duque, de desmarcarse tanto de su partido y el ex presidente Uribe y darse cuenta que tiene que gobernar para todos los colombianos, de lo contrario es incierto nuestro futuro.
Y una clara muestra de ello, fue la manera grotesca, grosera y poco estructurada intelectualmente, sobre la forma que el senador Macías, más conocido como “el bachiller”, pidió el retiro de la oficina de derechos humanos de la ONU en Colombia. Así no se puede y la esperanza de un país ejemplo de democracia, se diluye en el camino.
Adenda: ¿Cómo estarán los amantes de la guerra, la sangre y la violencia en Colombia, luego de conocer el acuerdo para poner fin a la guerra entre EEUU y los Talibanes?
Consultor y Asesor Político, Imagen, Comunicaciones,
Proyectos y Organización de Campañas
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