Después que pescadores encontraran un cadáver de un niño, flotando en las aguas del río Chicagua, jurisdicción de Pinillos, sur de Bolívar, creció la ilusión que fuera el cuerpo del pequeño de dos años de edad, Matías Beltrán, que murió ahogado el 18 de junio, cuando su padre se bañaba en el río, el pequeño se deslizó y cayó a las aguas torrentosas del Magdalena, sin que su progenitor pudiera hacer nada.
Ayer en horas de la mañana fue hallado el cuerpo sin vida de un menor, que corresponde a un masculino que oscila entre las edades de 9 a 12 años de edad, portaba camisilla roja, pantaloneta gris; se presume que el cuerpo procede de la vertiente del río Cauca, sector antioqueño; el cadáver se encontró en el corregimiento de Palenquito, jurisdicción del municipio de Pinillos, Bolívar; la tarea de la Armada fue fundamental para hacer todo el procedimiento y protocolo que se hace en estos casos de personas desaparecidas. Se espera que en las próximas horas se le realice el estudio del ADN, para identificar al occiso, que presenta alto estado de descomposición; incluso la cabeza quedó solo en su esqueleto y se cree que el fallecimiento ocurrió hace 10 días aproximadamente.
Mientras Matías, sigue desaparecido, pareciera que el río se lo hubiese tragado; algunos pescadores no pierden la esperanza que el cuerpo del bebé aparezca, aunque señalan que en el tramo entre Vijagual a Campo Payares, el río esta infestado de caimanes.
La Defensa Civil de San Pablo, que es la única que responde en tiempos de calamidad y emergencia en la ribera del Magdalena Medio, cuenta con el apoyo de voluntarios que siguen buscando en todas las orillas del río, tanto del brazuelo de Simití y Morales como el Magdalena.
Esta creciente dejó en menos de un mes, más de cinco ahogados.