El acoso sexual y las pésimas condiciones laborales fueron el detonante para que las jugadoras de la selección femenina de fútbol se hayan ido lanza en ristre contra los directivos de la Federación Colombiana de Fútbol y hayan tenido la valentía de denunciar el maltrato de dirigentes como el “poderoso” presidente de la División Aficionada del Futbol Colombiano, Álvaro González Alzate.
Aunque en nuestro país se han alcanzado importantes triunfos en relación a la promoción de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, estos temas denunciados por las jugadoras muestran que aún hay brechas inmensas que se deben reducir.
Lo revelado por estas deportistas se da precisamente cuando conmemoramos el día internacional de la mujer, donde la lucha por los derechos a un trabajo con las mismas oportunidades que los hombres son parte de los desafíos que deben seguirse fortaleciendo.
Los lineamientos de la Política Pública para la Equidad de Género y el Plan Integral para garantizar a la mujeres una vida libre de violencias aprobado en 2012, así como la Ley 1257 por la cual se dictan normas de sensibilización y sanción de formas de violencia y discriminación, hacen parte de lo mucho que hemos avanzado como país para garantizar los derechos humanos de las mujeres y resaltar la importancia de ellas en una sociedad que necesita de su participación y representación en todos los escenarios de progreso.
Decir no, no es suficiente, y por eso aunque hayamos avanzado en temas de defensa de la mujer, debemos seguir buscando herramientas para que ellas tengan la confianza de denunciar cualquier tipo de agresión.