En esa escuela durante treinta y cinco años, nunca dejé de aprender algo de alguien.
GRACIAS COMPAÑEROS POR HABERME DADO TANTO.
Tenía yo pocos meses de haber llegado de los Estados Unidos a la ciudad de Barranquilla cuando por insinuación de mi suegro, Don Juan Yunez Dau, recibí una carta en la cual se me informaba de mi escogencia para formar parte de la membrecía del Club Rotario Barranquilla Centro que se iba a fundar.
Como recién llegado, solo conocía algunos colegas y amigos que no eran sino tres, dos que habían terminado en la Universidad de Cartagena y otro que graduado en la Universidad Nacional, nos habíamos conocido cuando él me reemplazaba en el Centro de Salud de Magangue.
Mi suegro eran un rotario ciento por ciento, como tal había sido uno de los fundadores del club de Magangue, tenía muchos vínculos sociales y cívicos en Barranquilla de manera que no lo pensó dos veces en dar mi nombre para la formación del nuevo club rotario en la ciudad. Esto acontecía en el año de 1968.
No puedo omitir el temor que sentí, mezclado con alegría, por la importante distinción, pues aún no me había yo instalado y tendría unos pocos días de haber abierto mi consultorio, de tal manera que mis entradas bajo el punto de vista económico, eran nulas, puede suponerse fácilmente que un médico recién llegado a una ciudad donde nadie le conocía, no era cosa de un día para otro tener pacientes sobre todo siendo un profesional de la medicina, uno mas de los tantos que llegaban a diario a establecerse en Barranquilla.
Este día, 5 de Octubre del año en curso,(2018) personalmente vino a mi apartamento mi paisano y amigo Rafael de Fex portando una lujosa tarjeta de invitación para asistir a la celebración de los cincuenta años del club; en atención al distinguido portador consideré que dicha invitación de la Junta Directiva del club, me era de forzosa aceptación, dado que en verdad, a estas horas de mi vida, tengo limitaciones propias de mi edad por lo cual evito toda salida, sobre todo si es de noche.
Fue muy grato encontrarme con esos viejos amigos que hice durante los treinta y cinco años que permanecí como miembro del club y del cual fui durante un período su presidente. Las emociones fueron muchas, abrazos, reminiscencias de esos tiempos en que debíamos a las siete en punto de la noche de cada martes, estar presentes al comienzo de cada sesión semanal.
Dejando la modestia a un lado, no debía decirlo, pero me emocioné muchísimo cuando al mencionar por los altavoces por quien dirigía la reunión, mi nombre, una salva de aplausos retumbó el ambiente, solo pude a duras penas, levantar mi brazo derecho en señal de agradecimiento. Pensé al instante, ¡qué bueno fue haber pertenecido a esta institución, la que siempre consideré mi escuela! En la que tuve catedráticos, profesores y Maestros
Antes de terminar, debo hacer un justo y merecido reconocimiento a quien fue mi secretario, Ricardo Vives González diligente miembro, inteligente y fiel servidor, a él debo el éxito de mi gestión como presidente del club, si es que aquella puede considerarse como exitosa.
Para cerrar esta nota, van dos anécdotas que se dieron en mi presidencia del club: a una de nuestras reuniones, nos reuníamos entonces en el Club de Profesionales – teníamos esa noche como invitados a unos jóvenes europeos como visitantes especiales cuando sorpresivamente se nos presentó el Señor Gobernador del Departamento Doctor Pedro Martín –Leyes y dos de sus secretarios, fue un momento de verdadera confusión pues la presencia de este no estaba en el orden del día.
Estábamos bajos de fondos para cubrir los gastos de la FUNDACION HUMBOLT, cuando recibimos una atractiva oferta de dinero proveniente de Cali, la Junta Directiva en pleno y por unanimidad después de investigar su procedencia, la NEGÓ DE HECHO.
Mas de una vez lo he dicho y lo seguiré diciendo, Rotary para mi fue una Escuela donde aprendí muchas cosas para complementar mi formación de verdadero ciudadano.
juliande80@yahoo.com