Estamos gozando, de acuerdo con la información suministrada por el IDEAM, de los últimos días de lluvia o la primera temporada invernal, que si bien afecto a muchas comunidades en algunas zonas del país como se esperaba, no fue tan catastrófica como en ocasiones anteriores.
Ahora viene la temporada de verano que se asegura será muy fuerte y entonces es bueno preguntarse si estamos preparados para afrontarla, si el gobierno nacional tomó las medidas necesarias para que su afectación no sea tan arrasadora.
Pero esta volatilidad en el clima tiene una razón de ser y en la misma tenemos mucha responsabilidad todos los seres humanos de este planeta llamado tierra, el cambio climático es nuestra responsabilidad.
No vamos por buen camino. Pese al consenso mundial alcanzado en el acuerdo sobre el clima de París o los tratados internacionales sobre desarrollo sostenible, casi todos los indicadores muestran que no solo no se avanza en la protección de los ecosistemas al ritmo necesario sino que en algunos parámetros incluso se retrocede.
Y es verdad, no ha habido conciencia por parte de los humanos que nos estamos destruyendo nuestro hábitat por no preservar nuestro ecosistema.
Por ejemplo, el sexto informe de la ONU sobre Perspectivas del medio ambiente mundial advierte de que con las medidas que se están aplicando, no se alcanzarán los objetivos fijados.
De igual manera revela el informe que no avanzamos en la lucha contra la contaminación en muchos lugares del mundo y Colombia y nuestra costa no es ajeno a ello. Nuestros ríos están siendo llenados de residuos no degradables y la tala indiscriminada está dañando nuestro ecosistema.
A diferencia de otras grandes crisis, lo que caracteriza la ambiental de ahora es la concatenación de causas con un mismo efecto devastador: la destrucción del ecosistema.
Si no aplicamos de inmediato drásticos correctivos al actual modelo de producción y consumo, la catástrofe, según el informe, está asegurada: se producirán millones de muertes prematuras, proseguirá la extinción de especies y los daños económicos derivados del cambio climático serán ingentes.
Entonces el llamado es a volvernos responsables con el mundo que nos tocó para vivir, somos nosotros quienes lo estamos destruyendo, pero también somos todos nosotros quienes de una u otra manera podemos corregir la degradación a la que lo hemos llevado.
La tarea hay que iniciarla ya.