Crece el problema desencadenado por el audiovideo mostrado en el senado por la senadora Paloma Valencia, en donde presenta la imagen física inconfundible del senador Gustavo Petro, guardando una cantidad de billetes en un bolso, la que ha suscitado opiniones de toda naturaleza a favor y en contra del parlamentario.
Es la hora que es tema de contertulios a toda hora y en todo lugar de la geografía nacional y en la que se ha elaborado varias hipótesis sobre el origen licito o ilícito del recibo de esa fortuna por parte del senador.
El abogado cordobés Abelardo de la Espriella de su parte a presentado a los medios de comunicación la teoría que los 20 millones de pesos supuestamente donados a Petro son dineros sucios provenientes del narcotraficante extraditado a Estados Unidos, Daniel “El Loco” Barrera y ha sustentado que los motivos del aporte de esta cantidad de plata al senador era a cambio de su apoyo en el senado a una ley de sometimiento que favorecería al conocido delincuente, me he hecho la pregunta, que buenas bases podría tener esta hipótesis cuando para la época de la donación Gustavo Petro y todavía es el menos indicado para esos fines, en donde todas sus iniciativas legislativas han sido y son rechazadas por la mayoría en el congreso, sean de carácter licita y mucho menos con esas características y con esto no tengo ánimo de asumir la defensa de este senador, antipatía ganada por sus constantes acusaciones en donde ha tildado y tilda a todos los parlamentarios de ideología política distinta a la suya, de corruptos y nadie se ha salvado, presidentes, ministros, fiscales generales, contralores generales, procuradores generales y servidores públicos de alto rango de sus acusaciones cargadas de maquiavelismo político.
Lo que si es verdad de a puño que la popularidad de este ex candidato a la presidencia ha decaído notoriamente a lo ancho y largo del país, más en Bogotá donde gozaba de buena admiración, hasta sus mismo simpatizantes dudan de la transparencia de ese dinero que le fue entregado por su viejo amigo Juan Carlos Montes, y buena cantidad de sus seguidores están matriculándose con otros jefes de partidos políticos y más por la manera tan desfachatada en que tomó Petro esos veinte millones de pesos, en recinto cerrado, cogerlos en sus manos, guardarlo en el bolso rápidamente sin contarlo, no depositarlo en una cuenta de su campaña política y sin saberse ciertamente que destino tuvo ese controvertido caudal, situaciones que no las subsanan las explicaciones que ha dado a conocer Petro a los colombianos, que todo es un montaje, que tiene su fuente en enemistades que sobrevinieron con el donador del dinero, Simón Vélez por temas de gusto por cosas ambientales, lo que suena como infantil que tal circunstancia de lugar a un rompimiento de una amistad bien cimentada por el transcurso del tiempo, que no vaya ser por otras razones de tipo contractuales y de reparto de ganancias oscuras de capital.
Lo que también es cierto, que este famoso audiovideo ha revivido el viejo complejo de Eróstrato, según la leyenda personaje que incendió, el templo de diana en Éfeso para pasar a la posteridad, ya que no tenía ningún mérito para conseguir fama, forma singular de un complejo de inferioridad de gran incidencia criminógena, no importa los medios que se utilicen con tal de distinguirse, sobresalir, que se hable de la persona, enfermedad de la que no se ha curado Gustavo Petro y otras personas que están aprovechando este suceso para hacerse los importantes y quizás para sacar provechos personales.