¿Cuántas veces lo ha cogido el hambre en la calle? ¿Cuándo sucede, la ha saciado con una deliciosa empanada que compró a algún vendedor ambulante? Pues de ahora en adelante es mejor que tenga cuidado con el lugar en el que adquiere este alimento o cualquier otro, en especial si lo hace en plena calle.
De acuerdo con las autoridades, cualquier ciudadano que sea sorprendido comprándole un producto, sea cual sea, a un vendedor ambulante puede ser sancionado con un comparendo por valor de 883 mil pesos.
Esta sanción está especificada en el artículo 140 del Código de Policía, y establece que las personas que promuevan el uso o la invasión del espacio público deberán pagar una multa.
En Magangué, los casos tan sonados a nivel nacional asustaron a más de uno. Aunque la invasión de las calles es el «pan de cada día», es cierto que las ventas estacionarias de empanadas han ido desapareciendo.
«No sé, al menos yo ya no observo el gran número de negocios en las calles. Es más, a mí me da miedo comer fritos en la calle, por la alta multa que impone la Policía», dijo Juan Carlos Montes, habitual consumidor de empanadas.
Hasta la fecha no se han reportado casos de este tipo en el municipio, y aunque el Código de Policía se aplica poco, esté pendiente de que no lo sorprendan comiendo, por ejemplo una empanada en lugares indebidos, y le salga costosa.