A diez meses de las elecciones, el ambiente político en la segunda ciudad de Bolívar se mantiene nublado y con mucho sopor por las altas temperaturas de este intenso verano.
Para los ciudadanos pensantes y dolientes de su tierra, se hace indispensable que el nuevo alcalde de Magangué se comprometa de lleno con la construcción del alcantarillado sanitario y la remodelación de la calle La Albarrada, dos obras vitales para el desarrollo de la ciudad.
La primera, es urgente que Magangué defina su desarrollo basado en unos servicios públicos que como el alcantarillado es vital para el mejoramiento del nivel de vida de la población, porque mientras no exista este sistema, la urbe estará condenada a la putrefacción total.
La segunda obra, la Albarrada, ha sido cacareada y nada que sale el huevo. Es urgente que Magangué le dé la cara al rio y sirva para el embellecimiento del entorno y desarrollo turístico y naviero.
Habrá que esperar primero como queda el abanico de aspirantes al primer cargo municipal para saber entonces a qué atenernos en sus propuestas sociales.