Además de los puestos de control que monta la Policía Nacional para garantizar la seguridad ciudadana y verificar antecedentes durante las fiestas de carnavales que se realizarán en el mes de noviembre en Magangué, en barrios como Belisario y Yatí, personas con disfraces o con la piel cubierta de aceite organizan sus propios retenes.
En estas épocas, movilizarse en vehículos, principalmente en moto, es estar totalmente expuesto a lo que los retenes ilegales exijan. El conductor debe entregar dinero para evitar ser ensuciado o bañado y mientras hace esto, inescrupulosos aprovechan para hurtarle sus pertenencias.
¿Un problema de nunca acabar?
Y es que todos los años se repite la misma historia. Muchos magangueleños prefieren salir de la ciudad cuando se acercan las fiestas pues es muy común que en estos días llegue la mala hora.
“Es normal en estas fechas encontrarse con varias cuerdas que atraviesan la carretera. De pronto, personas que están en la acera se lanzan a la calle y en segundos la transforman en una pista de baile. En algunos casos sólo te mojan, pero en otros te atracan”, manifestó Estela Duarte, habitante del barrio El Centro.