Algo se debe estar haciendo mal al interior de las familias en la región Caribe pues causa preocupación el elevado número de suicidios de jóvenes registrados en los últimos meses y registrados por los medios de comunicación.
El último de estos hechos se presentó el día anterior y por partida doble en Sincelejo, en donde dos jóvenes -uno de ellos menor de edad- decidieron poner fin a sus días suicidándose en sus respectivos lugares de habitación.
Estos hechos tienen que prender las alarma no solo al interior de las autoridades judiciales que adelantan la investigación, sino también en las entidades del estado que están encargadas de salvaguardas y propenden por el entorno y bienestar de la familia, como el Bienestar Familiar.
Valores, ese puede ser el factor que esté afectando al núcleo familiar.
Muchos padres de familia pretenden responsabilizar a la educación impartida en los colegios y a quienes la imparten, para evadir una responsabilidad que es de los padres y no de los educadores.
La misión del educador es esa, la de educar y orientar, pero la de formar es de cada uno de los padres de familia y esa es la que muy seguramente debe estar fallando para que los jóvenes tomen estas determinaciones tan nefastas.
Padre y madre desde niños deben inculcar valores a sus hijos.
Valores como el amor por la vida, el amor a Dios cualquiera que sea la idea de él, el respeto por los demás, las normas de convivencia y sobre todo inculcarles que mis derechos son iguales a mis obligaciones y hay que cumplirlos.
Hace algunos años se hizo célebre un comercial de televisión que se preguntaba: ¿sabe usted dónde está su hijo?
Hoy y ante los hechos es bueno volverlo a preguntar. No es mano dura lo que se está promoviendo, simplemente es buscar el dialogo con nuestros hijos para conocer sus problemas e inquietudes y buscarles mediante este mecanismo la solución consensuada y no impositiva.
Así y solo así lograremos que nuestros hijos tengan claro el horizonte y la misión que se viene a cumplir en esta vida.