Con el sensible fallecimiento de monseñor Eloy Tato Lozada, Obispo emérito de Magangué, queda atrás un capítulo de la historia contemporánea de la Diócesis de esta ciudad, hace más de medio siglo.
Hablar de Monseñor Tato Lozada es reconocer a uno de los benefactores más sobresalientes de este municipio de Bolívar, por sus ejecutorias como Prelado de la Iglesia Católica en este territorio de la geografía nacional.
Este hombre de nacionalidad española, temperamento recio, estatura alta y bonachón se ganó un espacio en la historia de Magangué, al haber sido el artífice de varias obras que aún perduran en el tiempo como la creación de la Obra Social Diocesana, el Instituto Técnico y Cultural Diocesano, reparto de tierras y viviendas en barrios periféricos de la ciudad, misiones humanitarias por el sur de Bolívar, construcción de templos , becas universitarias y un sinnúmero de acciones que dejaron una huella indeleble en nuestra sociedad magangueleña.
Monseñor Tato, en sus inicios como Pastor espiritual de la comunidad católica regional, fue incomprendido en algunas de sus decisiones como jerarca de la Iglesia, como el que involucraron su nombre en escándalos políticos con los entonces Congresistas Raimindo Emiliaji Román y Joaquín Franco Burgos, por auxilios parlamentarios en esa época.
Sin embargo su nombre salió incólume y años más tarde, se recuerda su legado con mucha gratitud y cariño por parte de la feligresía. Paz en su sacra morada.